A 200 días de la cuarentena | por Reynaldo Saccone

Opinión

Como venimos denunciando hace meses, el gobierno peronista de Alberto Fernández y los gobernadores peronistas, radicales y de Cambiemos utilizaron el aislamiento como único método para combatir la pandemia. Pero la cuarentena, para que fuera eficaz, debía ir acompañada por una activa búsqueda y rastreo del virus y los contagios, y al mismo tiempo por el sostén económico de quienes resultaban aislados para evitar el contagio. Para tener una idea de la gravedad de la inacción oficial basta saber que la Organización Mundial de la Salud estableció que una población está bien testeada cuando, de cien testeados, solo cinco son positivos. Si son más quiere decir que no se testeó la suficiente cantidad de personas. Pues bien, en el Gran Buenos Aires hay cincuenta positivos cada cien testeados y en la CABA treinta y cinco cada cien. Increíblemente lejos de lo que recomienda la OMS.

En nuestro país acaban de cumplirse doscientos días de una cuarentena que fue quedando reducida al asueto escolar y la limitación de algunas actividades. El casi total levantamiento de las restricciones contrasta agudamente con la realidad de la pandemia, que no cesa de expandirse y está muy lejos de iniciar su descenso. Las cifras son categóricas y no bajan de 10.000 casos nuevos por día, correspondiendo ahora a Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Salta y Jujuy aportar más de la mitad de los casos. El sistema de salud se satura en todo el país y aparecen avisos en los diarios de tirada nacional que piden personal de salud para las provincias.

No hubo testeos previos que se aproximarán a los requerimientos de la OMS para aflojar la cuarentena. A los tres meses de iniciado el aislamiento comenzaron a levantarse las restricciones que, obviamente, llevaron a que la curva de contagios empezará a subir, y con ella, la cantidad de muertes que, desde entonces, se duplica cada veinticinco días. Para “disimular” las cifras aterradoras y seguir aflojando la cuarentena se escamotea el número de muertos, como los 3.500 subregistrados en la provincia de Buenos Aires y los nuevos que empezaron a aparecer en CABA y en el resto del país si se llega a utilizar un método más fiel de conteo que cruce las estadísticas hospitalarias con los datos del Registro de las Personas. Al mismo tiempo, desde el gobierno se deja caer la responsabilidad de la prevención en cada persona y se abandonan las medidas de salud pública.

La pandemia del nuevo coronavirus, iniciada en China en diciembre de 2019, ha superado la barrera de los 35 millones de contagios confirmados y se ha cobrado la vida de más de un millón de personas en todo el mundo, la mitad fue aportada por la suma de decesos de siete países del continente americano: Estados Unidos y Brasil, con la mayor cantidad, seguidos por México, Colombia, Perú, Chile y la Argentina. La responsabilidad de este luctuoso resultado es de los gobiernos patronales de distintos colores políticos que se niegan a invertir en métodos generalizados de rastreo epidemiológico y a apoyar económicamente de manera adecuada a la población aislada. En especial,  Trump y Bolsonaro, con su criminal y anticientífica política negacionista de la pandemia.  

La vacuna aún no tiene certezas en el tiempo y se sigue experimentando con diferentes tratamientos sin que ninguno haya conseguido, hasta ahora, ser suficientemente eficaz para ser aprobado clínicamente con el necesario rigor científico. Los gobiernos exhiben presuntos éxitos para enmascarar la inacción sanitaria y el levantamiento de la cuarentena.

Desde nuestro partido seguimos insistiendo en mantener el aislamiento, testear en forma intensiva a la población para identificar la circulación del virus y los focos de contagio y centralizar el sistema de salud público y privado para garantizar la atención del pueblo trabajador. Cuidar al personal de salud y sostener a los trabajadores aislados con un IFE de 40.000 pesos mensuales. Para financiar estas medidas es necesario aplicar un verdadero impuesto a las grandes fortunas, como lo plantea el FIT Unidad, y dejar de pagar la deuda externa.

Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop y dirigente del FIT-Unidad.