Para comprender en su verdadera dimensión el alcance de la efeméride argentina que desde hace algunos años ha quedado establecida como el “Día de la Soberanía Nacional”, es importante ubicarnos en el contexto temporal en el cual se desarrollaron los hechos históricos que se refieren puntualmente al llamado Combate de la Vuelta de Obligado, una acción armada que se asocia a la más heroica defensa de nuestra soberanía sobre los llamados ríos interiores de la Argentina.
Contexto histórico
Es por ello, que vale decir que a mediados de 1845 obraban en poder del gobierno del Brigadier Juan Manuel de Rosas informaciones acerca del avance de una poderosa flota militar y mercante anglo francesa con rumbo a los ríos interiores del país, principalmente hacia el Río Paraná.
Ante tal amenaza, en agosto de aquel año el Jefe de la Confederación Argentina dio instrucciones al general Lucio Mansilla para que dispusiese la construcción de un grupo de baterías costeras debidamente artilladas a los fines de impedir dicha navegación.
Mansilla, conocedor del litoral bonaerense del Rio Paraná, de manera inmediata procedió a ubicar la referida fortificación en el sitio conocido como la Vuelta de Obligado, un lugar donde el río se angosta hasta unos 700 metros de ancho y muestra un recodo pronunciado que dificultaba bastante la navegación a vela.
En ese estratégico punto, el jefe patriota hizo tender tres gruesas cadenas de costa a costa sobre 24 lanchones; montando, además, en la ribera derecha del río cuatro baterías artilladas con 330 cañones, las que eran servidas por una dotación de 160 artilleros.
En tanto, en las trincheras, apostó unos 2000 hombres, la mayor parte gauchos asignados a la caballería, al mando del coronel Ramón Rodríguez, Jefe del Regimiento de Patricios, a los cuales se le sumaban soldados del 2° Batallón de dicha fuerza.
El combate de la Vuelta de Obligado se inició al amanecer del día 20 de noviembre de 1845, primero con una escaramuza unos pocos kilómetros aguas abajo del Río Paraná cuando tres lanchones argentinos que patrullaban el curso de agua fueron atacados por el enemigo.
Las acciones fueron incrementándose sin cesar hasta que más tarde, alrededor de la 10:30 horas, la flota invasora reunida, lanzó un diluvio de proyectiles y cohetes a la Congreve sobre las posiciones argentinas causando gran destrucción y numerosas bajas.
Con la disminución de los disparos de parte de los defensores, los atacantes vuelven sobre las cadenas y a martillazos sobre un yunque logran cortarlas dejando el curso fluvial expedito para ser remontado si inconvenientes.
Así, tras varias horas de combate las fuerzas de la infantería francesa y la inglesa desembarcaron en la costa atacando con decisión las posiciones patriotas, las cuales fueron defendidas con notable arrojo y decisión.
Al final de la jornada, quedó como saldo de parte de las fuerzas argentinas unos doscientos muertos y más de cuatrocientos heridos. Los invasores, por su parte, sólo reconocieron tener 26 bajas y 86 heridos, lo cual en verdad, ha sido muy difícil de constatar.
Finalmente, los invasores anglo-franceses luego de forzar el paso continuaron hacia el norte atribuyéndose la victoria en el enfrentamiento de la Vuelta de Obligado.
Después de Obligado
Siete meses después del Combate de la Vuelta de Obligado, el 04 junio de 1846, la flota invasora que retornaba de su periplo fluvial que había alcanzado hasta el Paraguay, fue sorprendida en el sitio costero del Paraná conocido como Punta Quebracho, a la altura de San Lorenzo, donde fue atacada por la artillería patriota, la cual le produjo enormes daños y la destrucción de importantes navíos.
En aquella oportunidad, la población civil apoyó firmemente la acción de Mansilla, quien ya recuperado de las heridas recibidas en la Vuelta de Obligado, volvió a ser el gran héroe de aquella jornada casi olvidada por la historia argentina.
Al respecto del Combate de la Vuelta de Obligado, el general San Martín, desde su ostracismo en Francia, expresó meses después lo siguiente en una carta dirigida a su amigo don Tomás Guido: “Ya sabía sobre la acción de Obligado; ¡Qué inequidad!… De todos modos los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”
El Combate de la Vuelta de Obligado, pese a haber sido una derrota, -podría decirse esto desde el punto de vista táctico-, dio como resultado más tarde una contundente victoria diplomática de la Confederación Argentina debido al alto costo que demandó la operación logística y militar de la flota invasora, siendo reconocida tanto por Gran Bretaña como por Francia, tratados mediante, la soberanía sobre los cursos fluviales interiores de la Argentina.
Importantes recordatorios
Este hecho trascendental de las armas de la patria es recordado en la actualidad como feriado nacional a partir de la promulgación en 1974 de la Ley 20.770 por la que se declaró al 20 de noviembre como “Día de la Soberanía Nacional”.
Precisamente, un 20 de noviembre, pero de 2010, se inauguró el “Monumento al Combate de la Vuelta de Obligado” llamado también “Monumento a la Soberanía”, el cual consiste en una escultura que simula con cadenas una valla circular que resguarda una llama votiva.
Tal referencia histórica se encuentra emplazada en la Reserva Natural Vuelta de Obligado, Partido de San Pedro, justo en el sitio donde el General Lucio Norberto Mansilla levantó la artillería patria en noviembre de 1845.
Reflexiones finales
Según el concepto de soberanía, la misma se refiere al ejercicio de la autoridad en un cierto territorio. Esta autoridad en el sistema democrático recae en el pueblo, quien la ejerce a través de sus representantes. Por lo tanto la soberanía, en definitiva, significa independencia, es decir un poder con competencia total.
De hecho, también se puede hacer extensivo el término de Soberanía al aplicarlo para destacar situaciones sociales, económicas y políticas que nos llegan muy de cerca, pudiendo expresar a manera de ejemplos que:
Soberanía es contar una educación de calidad y para todas y todos, considerando a la misma como una herramienta fundamental para romper con las cadenas de la ignorancia y con el flagelo de la desigualdad de oportunidades en la vida.
Soberanía, es generar fuentes dignas de trabajo para que el salario sea la más sagrada y justa de las retribuciones, a los fines que cada trabajadora o trabajador honre con su esfuerzo la mesa familiar.
Soberanía, es el respeto por los niños, por los ancianos, por los enfermos; siendo además la llave para que el derecho de gentes no se mancille ni se pierda en los fragosos caminos de la injusticia.
Soberanía, es recordar a quienes dieron sus vidas por la Patria a lo largo de nuestra compleja historia política y social, sobretodo en la Guerra de la Independencia.
Soberanía, es mantener bien en alto el recuerdo y el homenaje permanente a la Gesta de Malvinas y a quienes fueron protagonistas fundamentales de aquellos días y que hoy conforman la honrosa familia de los Veteranos de Guerra de la Argentina.
Soberanía, es desempeñarse con honradez y vocación de servicio en todo cargo público que deba llevar adelante cualquier mujer u hombre de nuestro país.
Soberanía, es ser solidarios en todo momento, confraternizando además con dignidad con todos los pueblos del mundo sin discriminación ni odio, sobre todo con aquellos que sufren guerras, epidemias, hambrunas y dictaduras.
Soberanía, es defender los recursos del país, no permitiendo que lo mismos sean avasallados por aquellos intereses económicos para los cuales primero están las ganancias y el lucro, en claro desmedro del bienestar de los pueblos.
Soberanía, es contar con salud y vivienda para cada habitante de nuestra patria, asegurando además los acciones necesarias para el fortalecimiento de un justo y sólido esquema previsional.
Finalmente, Soberanía, es respetar la división de poderes en el sistema republicano, pero sobre todo ser dueños de una justicia independiente que asegure, -tal como expresa el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional-, la paz interior, la defensa común y el bienestar general, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino.
Miguel Ángel Brusasca es el Presidente de la Filial “Santa Fe” del Instituto Sanmartiniano del Perú y Coordinador General de Filiales del Instituto Sanmartiniano del Perú en la República Argentina.