El médico veterinario y ambientalista Adolfo Araujo se solidarizó con los pescadores y sus familias, al tiempo que denunció “la ausencia del Estado durante décadas”. “Todo este tiempo han mirado para otro lado”, afirmó el exconcejal de Villa Constitución.
QUE LA LUCHA VALGA LA PENA
“Por la angustia y la preocupación generada a las 4200 familias santafesinas de pescadores que ven peligrar su sustento por la aplicación de una veda de tres meses.
Por el sentimiento de impotencia e injusticia de los pescadores de esta orilla quienes se los priva de trabajar de un momento para el otro y por tres meses. Quitándoles el derecho a opinar y a ser escuchados.
Por el esfuerzo titánico de bancar cortes sobre las rutas por días, alejados de sus familias y sufriendo a la intemperie con el objetivo de exigir por el derecho a vivir de sus oficios.
Por las molestias generadas a los cientos de miles de personas a poder circular libremente.
Por la imperiosa necesidad de actuar con medidas efectivas e integrales y urgentes sobre el recurso pesquero del Río Paraná para evitar un inminente colapso.
Por todo esto, es que siento la necesidad de escribir deseando la pronta resolución del conflicto.
Conflicto detonado por un fallo judicial pero que es consecuencia de un Estado Provincial y Nacional ausentes desde hace décadas. Estado ausente en valorar el recurso, planificar su explotación y en articular mecanismos de control de la industria pesquera continental.
Todo este tiempo han mirado para otro lado.
Mientras, las empresas que vacían al río y siempre dejan pobre al pescador, se han enriquecido espectacularmente en pocos años.
Siento que superar este conflicto anulando la veda total y permitiendo a los pescadores ejercer su derecho a trabajar, es indispensable pero insuficiente. Esto es sólo prolongar una agonía del río y de los pescadores.
Hay que ir por más. Debemos aprovechar la oportunidad y exigir trabajar con todas las partes involucradas para exigir reglas claras, fundadas y razonables que se apliquen de manera igualitaria en todas las provincias del bajo Paraná, y no sólo en una fracción de una de las orillas.
Sin esa coordinación integral del manejo de la cuenca, sin información sistemática, sin controles de fiscalización de capturas y sin precio justo de pescado en la costa, el Paraná se va a seguir vaciando. Y el pescador, que con el esfuerzo de una semana brinda alimento de primera calidad a cien familias, va a seguir pobre y cuestionado.
Todo mi apoyo y reconocimiento a esta lucha. Lamento no poder estar acompañándolos en persona, pero sepan que cuentan con mi compromiso de poder trabajar por un río sano y pescadores dignos que puedan ejercer su oficio ancestral con orgullo y responsabilidad.
Abrazo”.
Adolfo Araujo