Se cumple un año de la trágica muerte de Hugo «Dinamita» Santillán

Villa Constitución

El boxeador tenía 23 años cuando falleció, el 25 de julio de 2019, cinco días después de haberse desvanecido tras una pelea en San Nicolás con el uruguayo Eduardo Abreu, por el título Latino Plata del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Hugo Santillán era oriundo de la localidad de Ceres, pero en Villa Constitución todos lo reconocían como propio. Y así, con orgullo, sus combates en el ring eran seguidos con pasión, tanto en período amateur como en el profesionalismo, en los clubes de la ciudad o cuando eran televisados por las grandes cadenas de deportes. “Dinamita”, lo apodaron… y el joven boxeador hacía honor al seudónimo en cada compromiso, tanto en Argentina como en el exterior.

Pero su carrera ascendente se truncó el invierno pasado, cuando “Huguito” falleció en esa madrugada fría y triste, después de cinco días de internación en el Hospital “San Felipe” de San Nicolás. Se había desvanecido el 20 de julio mientras escuchaba el fallo de la pelea contra el uruguayo Eduardo Abreu, por el título Latino Plata del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), un empate en decisión dividida.

Un severo traumatismo de cráneo obligó a una intervención quirúrgica por un edema cerebral, al que siguieron dos infartos. Del mismo modo que arriba del ring, Santillán luchó y luchó. Después de una leve mejoría -y aunque nunca recuperó la conciencia- la noticia sacudió a nuestra comunidad y a todo el mundo deportivo: un nuevo paro cardíaco terminaba con su vida.

“Dinamita” era boxeador profesional desde 2015. Había sido campeón sudamericano y latino en la categoría superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Ocupaba el segundo puesto del escalafón nacional de los ligeros, con un récord de 19 victorias (8 por nocaut), siete derrotas (2 por KO) y un empate.

En su edición del viernes, el diario «El Sur» de Villa Constitución recordó al boxeador con una reseña en la que, además de evocar la fecha, incluyó una entrevista a su viuda, Elizabet Juárez. “Hoy siento el mismo dolor de ese día, pero aprendí a vivir con el dolor. Él me enseñó que nunca hay que rendirse y que siempre hay que dar el corazón en lo que se hace”, expresó.

“La gente me sigue hablando de él, me cuentan historias, anécdotas con él. Eso es lindo. Estoy muy agradecida a todos los que lo siguen recordando”, declaró Elizabet.