Este 21 de julio, en el marco del Día Mundial del Perro, la efeméride fue ocasión propicia para reflexionar sobre el abandono, la adopción responsable y el cuidado de los animales de compañía. En ese contexto, Radio X de Villa Constitución recibió en su estudio a Victoria Domingo y Gustavo Gerbino, integrantes de Rescataditos Empalme, una asociación civil que, sin ayuda estatal y a puro esfuerzo comunitario, lleva adelante una intensa labor de rescate, tránsito y atención de animales abandonados en la localidad de Empalme Villa Constitución.
Desde hace años, Rescataditos asume un trabajo sostenido y silencioso que hoy, más que nunca, cobra relevancia. “Adoptar, sí. Pero responsablemente”, fue una de las primeras frases que dejó la entrevista. “Mucha gente adopta sin pensar qué hará cuando el animal se enferme o cuando tenga que salir de su casa, y ante el primer imprevisto, el perro termina en la calle”, explicó Victoria.
A la adopción irresponsable se suman otros factores como la falta de planificación, desconocimiento sobre cuidados básicos, escaso compromiso con la vacunación y ausencia de castración. Todo esto genera un escenario donde el abandono es moneda corriente. “Muchos animales que encontramos en la calle tienen dueño”, aseguró Gustavo, quien señaló que “algunos al menos piden ayuda, pero el 80% de los casos podrían haberse evitado con responsabilidad”.
Contaron que es habitual que en Empalme aparezcan animales en zonas de alto tránsito como la autopista o el acceso. “Muchas veces nos llaman como si tuviéramos la obligación de asistir, a cualquier hora, un sábado o un domingo. Y lo hacemos, pero desde el corazón, no porque sea un deber”, comentó Victoria, dejando en claro que detrás de esta organización no hay sueldos ni estructuras formales, sino personas que viven literalmente para los animales.
Actualmente, Rescataditos sostiene unos 15 animales en tránsito, repartidos en distintas casas. “Cada uno de nosotros tiene entre siete y ocho perros propios, más los tránsitos, y hay otros dos espacios con unos 15 animales más”, detalló Gustavo. Esta sobrecarga impide recibir nuevos casos, incluso cuando aparecen urgencias. La principal limitación no es la voluntad, sino el espacio físico.
A pesar de las dificultades, destacan el apoyo de la comunidad. “En el pueblo hay dos veterinarias que nos dan una mano enorme, y la gente de Empalme y Villa nos ayuda mucho”, expresaron. Parte de las donaciones se canaliza directamente en esas veterinarias, donde cada colaboración queda registrada en un cuaderno de cuentas que detalla gastos y aportes, garantizando transparencia. “El que quiera donar puede ir directo a la veterinaria y ver todo anotado”, invitaron.
Consultados sobre las campañas de castración en la localidad, señalaron que hubo un largo período sin actividad, y que recientemente se realizaron varias jornadas, lo cual atribuyen a coyunturas políticas. Sin embargo, valoraron la oportunidad: “No importa quién las organice, lo importante es que se hagan”. La falta de castraciones derivó, dijeron, en una proliferación de camadas abandonadas y en casos dramáticos de perras enfermas o muertas al parir.
El tema de la adopción también ocupó un lugar central en la charla. “Todavía hay gente que compra perros de criadero y después se queja de que hay perros en la calle”, lamentó Gustavo. Ambos insistieron en que adoptar perros adultos es una deuda pendiente con los animales que llevan años esperando un hogar. “Son los más agradecidos, ya están educados, conviven bien con otros animales. Pero la gente siempre busca cachorros”, agregó Victoria.
Las adopciones son posibles contactándose a través de la página de Facebook “Rescataditos en Palme” o directamente con los integrantes del grupo. “Lo que más necesitamos hoy son hogares de tránsito”, explicaron, ya que la saturación en las casas actuales impide dar respuesta a nuevos casos. “El tránsito salva vidas”, remarcaron.
Para cerrar, compartieron una historia que ilustra el sentido de su tarea: el rescate de Lizeta, una perra embarazada que había sido arrojada a la calle y terminó refugiándose en un desagüe pluvial. Gracias a un operativo con los Bomberos Voluntarios, pudo ser rescatada junto con sus nueve cachorros. Hoy, todos fueron ubicados, y la propia Lizeta fue adoptada hace apenas unas semanas. “Es una perra amorosa que solo necesitaba sentirse segura para abrir su corazón”, contó emocionada Victoria.
Historias como esta son posibles gracias a la vocación, la empatía y la perseverancia de personas que, sin pedir nada a cambio, dedican su tiempo, recursos y afecto a los animales más vulnerables. En este Día Mundial del Perro, su testimonio invita a pensar y actuar: adoptar, castrar, cuidar, y sobre todo, asumir la responsabilidad que implica amar a un animal.