Cada vez toma más fuerza el concepto de movilidad sin vehículo de propiedad y sí, como contrato de servicio. En el transporte intermodal, una tendencia mundial, el foco no está puesto en la infraestructura sino en el viajero, que aprovecha la movilidad como servicio.
En la última década, los viajeros hemos cambiado radicalmente la manera de concebir el transporte. Hoy estamos acostumbrados a planificar un viaje, por corto que sea, antes de salir de casa, encontrar la solución que mejor se adapte a nuestras exigencias y elegir entre varios medios de transporte. El tiempo, el precio y también la sostenibilidad son los factores que condicionan principalmente la toma de decisión a la hora de seleccionar una ruta u otra.
Hace tan solo unos años era impensable saber con exactitud la hora a la que iba a pasar el colectivo por la parada cercana a tu casa o cuánto ibas a tardar en hacer un recorrido con distintos medios de transporte. Todo esto es ahora posible gracias al desarrollo tecnológico por un lado y, por el otro, a la reciente apuesta de las administraciones por un enfoque intermodal del transporte público.
La intermodalidad consiste en la utilización de distintos y sucesivos medios de transporte que sean de fácil acceso para el usuario y que le permitan emprender un viaje con la menor de las incomodidades posibles. Asimismo, poner en marcha una estrategia de movilidad intermodal significa poner al viajero en el centro -y no a las infraestructuras- para que modifique sus hábitos en pos de una movilidad eficiente y sostenible.
Además, el acceso a este tipo de movilidad tan flexible concientiza a los usuarios sobre el impacto que tiene el transporte en el medio ambiente: según las últimas publicaciones del Instituto Nacional de Estadística, el número de usuarios del transporte público ha aumentado un 5,4% con respecto al año pasado. De hecho, el número de viajeros que utilizaron el transporte público en el conjunto del año 2018 superó los 4.905,7 millones.
En el futuro cercano, se espera que la movilidad como servicio revolucione la forma en que nos movemos. Gracias al acceso a servicios de movilidad personalizados e inteligentes, los viajeros dependerán menos de sus propios vehículos; los proveedores públicos y privados de servicios de transporte se beneficiarán de una asignación más eficiente de los recursos, gracias a una mejor gestión de la demanda de los viajes; las autoridades locales se beneficiarán del despliegue de servicios de transporte sostenibles; y las empresas tendrán acceso a nuevos mercados y oportunidades para el desarrollo de servicios de movilidad inteligentes.