“Nunca me creí culpable, sí responsable”, dijo el gasista Carlos García a casi 12 años de la tragedia. “A los familiares les digo que siempre estaré orando por cada uno de ellos”, expresó.
Carlos García, el gasista que fue el único condenado por la trágica explosión del edificio de calle Salta 2141 ocurrida el 6 de agosto de 2013, recuperó la libertad este viernes tras cumplir su condena. En su primer día fuera de prisión, compartió sus sensaciones en una entrevista en Cadena 3: “Nunca me creí culpable, sí responsable. Otras personas estaban más comprometidas que yo, pero la Justicia dijo lo contrario”.
El siniestro dejó 22 víctimas fatales, más de 60 personas heridas y una huella imborrable en Rosario. Por esa tragedia, García fue el único que recibió una condena penal: fue sentenciado a 4 años de prisión efectiva en un juicio que, desde un principio, generó polémica por dejar fuera de responsabilidad a directivos de Litoral Gas.
“El hilo se cortó por lo más fino”, aseguró García en diálogo con la emisora, y dejó en claro que todavía cuestiona el accionar judicial. “A los familiares les digo que siempre estaré orando por cada uno de ellos”, expresó con tono sereno.
Sobre el contexto en el que trabajaban los gasistas en aquella época, García señaló: “No se trabajaba bien, era todo muy en el aire. Yo recibí los permisos y no estaba documentado en ningún lado”. Y agregó que ahora proyecta una nueva etapa de su vida: “El programa que tengo para mi vida es trabajar en la Iglesia Santuario de Fe, ayudando a las personas en lo espiritual y material”.
También se refirió a cómo fue su primer día en libertad: “Me levanté con mucho ánimo, pensando en las cosas que tengo que hacer. Todo el desánimo y desgano que había terminó. Desayuné unos mates y di vuelta los garages que tengo para hacer lugar y meter los vehículos”.
Estela, su esposa, también habló con la prensa: “Fue un accidente, no fue voluntario. Agradezco a Dios por esto. Él está acomodando sus cosas como para seguir adelante. Esto nos marcó mucho, pero hay que seguir”.
Mientras Rosario aún carga con las heridas de una de las mayores tragedias urbanas de su historia, el caso judicial sigue siendo tema de debate, tanto en los tribunales como en la sociedad.