La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas reporta un incremento del 20,3% por encima de la inflación esperada en agosto, marcando un récord histórico.
La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) difundió un documento sobre el alarmante aumento de costos que deja al sector en estado de alerta. Durante el mes de agosto, los costos asociados al transporte de cargas registraron un vertiginoso incremento del 20,3% por encima de la inflación esperada, una cifra sin precedentes en los registros de la entidad. Esta situación arroja un manto de incertidumbre sobre el panorama económico del país, especialmente en un sector fundamental para la actividad comercial y logística.
Los datos proporcionados por la FADEEAC son verdaderamente impactantes. Los incrementos acumulados en los costos operativos del sector alcanzaron un 92,5% en los primeros ocho meses de 2023, lo que supone una carga adicional inesperada para las empresas de transporte. Además, en la comparación interanual, es decir, en el período de agosto de 2022 a agosto de 2023, el aumento es aún más alarmante, con un preocupante 149,04%.
Mario Ramello, gerente de la Asociación Argentina de Transportadores de Hacienda (AATHA), consideró que “son realmente cifras que asustan, números que no se daban desde el año 2002”, dijo en referencia a la crisis económica de 2001 y la recesión que la siguió en 2002. “Esto realmente afecta demasiado al transporte de carga en toda su especialidad. En aquel 2002 hubo una recesión muy importante, y después un acomodamiento. Por ahora, solamente se ve crisis de acá a fin de año”, agregó.
La incertidumbre sobre el futuro se intensifica debido a la previsión de que la tendencia alcista de los costos no disminuirá en el corto plazo. Ramello anticipó que “si agosto tuvimos un 20%, en septiembre no va a bajar de ese índice, va a estar por encima. Porque se comienza a pagar la cuota de la paritaria, la recomposición salarial que se negoció con la Federación de Camioneros”.
Algunos de los costos más significativos para el sector aumentaron a un ritmo preocupante. Por ejemplo, el combustible, elemento esencial para el transporte de cargas, experimentó un aumento del 18% en promedio en surtidor, mientras que el combustible a granel utilizado por las empresas subió alrededor del 35%. Otros costos, como los repuestos, la mano de obra, los costos bancarios, los costos operativos, los neumáticos, los seguros y los viajes, se han incrementado en más de un 40%.
La gravedad de esta situación radica en la dificultad de trasladar la totalidad de estos incrementos a las tarifas de transporte, lo que pone en jaque la sostenibilidad financiera de muchas empresas del sector. La preocupación es palpable entre los empresarios y trabajadores del transporte de cargas, ya que estos aumentos podrían impactar no solo en la rentabilidad de las empresas, sino también en la estabilidad laboral de miles de trabajadores.
