La cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) repudió este miércoles la represión a las protestas sociales en Jujuy, se declaró en estado de «alerta» y acusó al gobernador Gerardo Morales de «no dialogar» y de pretender el «absurdo» de «defender» su reforma de la Constitución provincial «a los tiros».
«Esto tiene que ver con el absurdo de establecer una norma y defenderla a los tiros. Argentina tiene que vivir pacíficamente. No es ni a los tiros ni con represión», aseguró el cotitular de la CGT, Héctor Daer, durante una conferencia de prensa desarrollada esta tarde en la sede de la central sindical de la calle Azopardo.
Del encuentro también participaron los secretarios generales, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y otros dirigentes gremiales.
Daer afirmó además que, frente a la crisis política en Jujuy, la CGT tomará «todas las medidas necesarias de acuerdo a como se vayan desenvolviendo las situaciones» y agregó que esa central sindical «está en situación de alerta».
Sostuvo que la CGT ve con «mucha tristeza» la extendida represión policial que ya lleva varios días ordenada por Morales sobre los manifestantes, especialmente a lo ocurrido en la jornada de ayer, que dejó 53 detenidos y heridos graves.
«La jornada que vimos desde Buenos Aires y vivieron compañeros de Jujuy es lamentable. Pensamos que en Argentina no existían más», situaciones como las vistas en Jujuy en las últimas horas, donde manifestantes eran llevados en camionetas no identificadas y otros fueron hasta arrestados desde sus propios domicilios.
Al expresar el repudio de la central sindical, el secretario General responsabilizó al gobernador Morales de la situación en Jujuy y aseguró que el conflicto político en ese distrito es el resultado de «un proceso donde quienes tienen la responsabilidad de la provincia no tomaron recaudos ni abrieron el diálogo ante temas sociales y políticos como una reforma constitucional».
En esa línea, analizó que el «conflicto docente, que viene desde hace tiempo, no encontraba canal de solución», y añadió que «en forma unilateral el Gobierno de Jujuy decide romper la discusión salarial y a partir de ahí se profundizan las protestas la semana pasada y comienza la represión y, como en el caso de Purmamarca, reprimen a compañeros docentes».
«No es un día el problema, es una sucesión de días, en el que el movimiento obrero y los pueblos originarios han hecho petitorios para participar de la nueva Constitución», juzgó Daer, para luego agregar que lo que ocurre en la provincia norteña «es un proceso de falta de diálogo y de una práctica sistemática que terminó estos días con lo que nadie quiso que pase».
Por su parte, Pablo Moyano, otro de los miembros del triunvirato que conduce la CGT, pidió al presidente Alberto Fernández que como titular del Partido Justicialista a nivel nacional intervenga para «echar a patadas en el culo a los convencionales» peronistas que «llegaron por el voto» popular y aprobaron la reforma de la Constitución provincial impulsada por Morales.
«El presidente del Partido Justicialista, el Presidente de la Nación, ya tenía que haberlos rajado (de las filas partidarias). Por traicionar al pueblo jujeño», reclamó Moyano.
El otro triunviro, Carlos Acuña, señaló que «el movimiento obrero de Jujuy ha dado muestras de que los problemas se resuelven con diálogo» y remarcó: «la solución no se encuentra a los tiros ni a los palos».