El FMI estima que la inflación en Argentina llegará al 98%

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo las proyecciones de crecimiento para la Argentina para 2023, al estimar ahora que el país crecería 0,2%, cuando en octubre último anticipaba un crecimiento de 2%, en un contexto de desaceleración mundial y del «enorme impacto» de la «masiva» sequía.

A la vez, el organismo monetario calculó una inflación a 98% para este año, según el año fiscal, y de 88% -(diciembre de 2022 contra diciembre de 2023)-, en línea con las modificaciones realizadas en la cuarta revisión del programa argentino con el Fondo, que se aprobó hace 10 días y permitió un desembolso de US$ 5.400 millones.

«La razón de por qué tenemos esa proyección a la baja tan grande en el PBI para 2023 es por la sequía masiva que tiene un enorme impacto en la economía y provocará la revisión a la baja, de manera transitoria, pero 2024 se espera que será 2%», indicó el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, sobre la Argentina, durante la conferencia de prensa en la cual se presentó hoy el nuevo World Economic Outlook, la publicación semestral del organismo, que fue titulada «A rocky recovery» (una recuperación de roca), precisamente por la dificultad de las economías de salir del contexto adverso.

En tanto, Petya Koeva Brooks, del departamento de investigaciones del Fondo, acotó sobre la Argentina: «Vimos desaceleración marcada en 2022 y esperamos que se traslade a este año, más el impacto de la sequía de este año que fue significativo».

En cuanto a la inflación, Brooks consideró que el número de «94,8% experimentado en 2022 es una cifra bastante grande y vimos un repunte de la inflación en enero, en parte debido a los precios de los alimentos, pero las presiones de la inflación subyacentes siguen presentes y, en parte, ello es debido a que las expectativas inflacionarias no están ancladas», ahondó la economista.

En ese sentido, continuó: «Esperamos (que la inflación) se mantenga en niveles muy elevados, lo que da lugar a otra pregunta, de sobre qué es lo que hay que hacer para combatirla, y de ahí la importancia de las políticas macroeconómicas, de que se tengan políticas monetarias contractivas y estrictas que vayan de acuerdo con lo que hay en el programa con el FMI, y que serían de especial importancia» para revertir la situación», completó la economista.

Las estimaciones también van en línea con los recientes pronósticos similares del Banco Mundial, que la semana pasada divulgó sus informes y proyectó que la Argentina no crecería en 2023.

El pronóstico del FMI espera que «las economías avanzadas vean una desaceleración del crecimiento especialmente pronunciada, 2,7 por ciento en 2022 a 1,3 por ciento en 2023».

Asimismo, el FMI ve que podría complicarse aún las cosas a raíz de eventuales coletazos derivados del sector financiero, que aún transita turbulencias, e indicó que, «en un escenario alternativo plausible con mayor sector financiero estrés, el crecimiento mundial se reduce a alrededor del 2,5 por ciento en 2023: el crecimiento más débil desde la recesión mundial de 2001, salvo la crisis inicial de Covid-19 en 2020 y durante la crisis financiera mundial de 2009–con el crecimiento de las economías avanzadas cae por debajo del 1 por ciento».

Para el Fondo, la economía mundial se encuentra una vez más en un momento de gran incertidumbre, con los efectos acumulativos de la últimos tres años de shocks adversos, en particular, la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, manifestándose de formas imprevistas. estimulado por demanda reprimida, y persistentes interrupciones en el suministro», resumió en el arranque de su presentación

«Los precios de las materias primas se disparan, la inflación alcanzó varias décadas máximos del año pasado en muchas economías, hizo que los bancos se endurezcan agresivamente con sus políticas para traerlo de vuelta hacia sus metas y mantener ancladas las expectativas de inflación», con consecuencias negativas que aún se resentirán en la economía global, anticiparon.