Personal de la Agencia de Control Policial del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe intervino la Agencia de Investigación Criminal (AIC) por los dos casos recientes de presos con identidades falsas que lograron engañar a la Justicia. Concretamente, se busca documentación en las oficinas del Gabinete de Identificación, dependiente de la AIC.
Según explica el porta de noticias Aire Digital, durante enero del 2023 la Fiscalía de Santa Fe y la Policía lograron ubicar a dos hombres que eran buscados por violentos delitos y que se ocultaban bajo identidades falsas. Las dos personas, incluso, fueron condenadas bajo esos nombres apócrifos y lograron evadir el accionar de la Justicia durante varios meses.
Uno de ellos era buscado desde noviembre de 2020 por un abuso sexual cometido en Santa Fe y fue encontrado en Rosario. Sobre él pesan al menos dos condenas bajo distintos nombres. El otro era buscado por el golpe comando a la Subcomisaría de Arroyo Leyes en noviembre de 2022, y fue condenado bajo un nombre falso para que no se detecte un antecedente penal.
El caso de Matías “Pipiro” Oliva
Matías Horacio “Pipiro” Oliva quedó en prisión preventiva el 17 de enero de 2023 en el marco de una causa que investiga el abuso sexual contra su sobrina menor de edad. Oliva era buscado desde el mismo día del hecho, el 4 de noviembre de 2020, cuando se radicó la primera denuncia. La División Capturas de la Agencia de Investigación Criminal realizó una investigación especial para dar con Oliva, porque bajo el nombre aportado por los denunciantes no existía registro alguno. Así lograron determinar que el hombre se ocultaba bajo varias identidades, al menos ocho, según los informes aportados por las unidades regionales I y II y el Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe.
En dicha investigación, se detectó que Oliva utilizaba al menos ocho identidades, que había sido condenado a través de un procedimiento abreviado en Rosario y que recuperó la libertad el 2 de noviembre de 2022. Dos meses después fue arrestado por transitar por la calle con un cuchillo y esa vez manifestó llamarse Pablo Rubén Ochoa. Para entonces, los policías ya estaban advertidos de las múltiples identidades del prófugo y sospecharon que podía tratarse de la misma persona. Pero eso no es todo.
“Piripo” había sido condenado en 2018 bajo el nombre de Matías Ramiro Gómez y el Registro Nacional de Reincidencias presenta como único antecedente condenatorio una sentencia también del 2018 bajo su nombre original: Matías Oliva. No obstante, en 2020 volvió a ser condenado, pero esa vez bajo el nombre de Cristian David Perg. Según el registro del Sistema Penitenciario, “Pipiro” responde a los nombres de Cristian David Perg, Matías Ramiro Gómez o Matías Horacio Oliva. A su vez, la División de Documentología de la URI informó que también es identificado como Matías Enrique Escobar, Matías Javier Gómez, Matías Alejandro Mendoza y Matías Alejando Ocampo. En tanto, la Unidad Regional II informó que cuenta con nombres de Matías Ramiro Gómez, Matías Javier Oliva y Matías Javier Gómez.
El caso de Hernán “Orejón” Sosa
Un caso similar se dio con Hernán Matías “Orejón” Sosa, quien actualmente está en prisión preventiva en la cárcel de Las Flores por el asalto comando a la Subcomisaría 20 de Arroyo Leyes ubicada en la ruta provincial 1, a la altura del kilómetro 14. El hecho ocurrió en la madrugada del 17 de noviembre de 2022. Un mes antes de lo ocurrido en Arroyo Leyes, se pudo detectar que Sosa suplantó una identidad falsa para lograr obtener una libertad condicional en tribunales tras la firma de un juicio abreviado alcanzado por su abogado particular, una fiscal del Ministerio Público de la Acusación y un magistrado del Colegio de Jueces Penales de Primera Instancia.
Sosa fue detenido el 19 de octubre de 2022 junto a un hombre identificado como Sebastián C. por una causa de amenazas y portación de arma de fuego. En aquella oportunidad, el hoy recluso se presentó como Andrés Alberto Borda y fue llevado a una audiencia de imputación en donde la fiscal Yanina Tolosa, que intervino por el turno, le achacó haber cometido amenazas y llevar entre sus prendas un arma de fuego. En esa causa, el falso Borda aceptó firmar un juicio abreviado por medio de su abogado Néstor Pereyra, quien junto con la fiscal Tolosa acordaron una pena de ejecución condicional. Tal atenuante fue a raíz de que el prontuario de Borda no registraba ninguna causa en trámite ni tampoco una condena. Puesta la firma, Borda salió en libertad. Sin embargo, lo que nadie advirtió, ni en la Fiscalía, ni al juez que le tocó intervenir, es que Borda no era Borda, sino Sosa, sobre quien recae una condena que supo vencer años atrás por otros delitos.