Las mujeres periodistas son “doblemente propensas a ser víctimas de violencia” en el continente americano por ejercer su derecho a la libertad de expresión y por razones de género. Así lo establece un informe publicado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El documento “Mujeres periodistas y libertad de expresión” examina la violencia física en contra de mujeres periodistas, así como el acoso en línea y dentro de las salas de redacción.
De acuerdo con el informe, los ataques que son más comúnmente reportados por las mujeres periodistas tienen tres formas diferentes: “violación sexual contra periodistas en represalia por su trabajo, abuso sexual de periodistas en cautiverio o bajo detención, y violencia sexual por parte de las turbas contra periodistas que cubren actos públicos”.
Asimismo, el género no solo determina las maneras diferenciadas de violencia, sino que usualmente estos actos tienen una repercusión en sus familias. Las mujeres periodistas denuncian que los ataques que están “orientados a intimidarlas o silenciarlas son perpetrados contra su entorno familiar, incluidos sus hijos e hijas”.
“Los actos de violencia contra las mujeres, y en especial contra las mujeres periodistas, no son actos aislados, sino que son sintomáticos de un patrón de discriminación estructural contra las mujeres, que tiene sus raíces en conceptos referentes a la inferioridad y subordinación de las mujeres ante los hombres”, señala el informe. “El machismo y los estereotipos de género arraigados en las sociedades de los países de la región incrementan la situación de riesgo de las mujeres periodistas y les impide el completo ejercicio de su derecho a la libertad de expresión y de su derecho a vivir una vida libre de violencia”.
La violencia sexual en contra de mujeres periodistas es uno de los temas que genera mayor preocupación.
En un estudio global realizado por la International Women’s Media Foundation, retomado por el informe de la Relatoría, de las 597 mujeres encuestadas, el 63% señaló haber sido amenazada o acosada en línea, el 58% amenazada o acosada en persona y el 26% víctima de ataques físicos.
Aunque no hay cifras generales para la región, el informe señala que en países como Colombia, Paraguay, Brasil y México, mujeres periodistas han denunciado haber sido víctimas de violencia y acoso sexual en el desarrollo de su trabajo.
La oficina también es un lugar donde son atacadas, según el informe. Allí reciben comentarios no deseados sobre su manera de vestir, reciben silbidos, “bromas” de contenido sexual y contacto físico no deseado.
El informe culmina con una serie de recomendaciones hacia los Estados en materia de sus tres obligaciones de proteger, prevenir y procurar justicia en los crímenes.
Algunas recomendaciones tienen que ver con la necesidad de formar a sus funcionarios con perspectiva de género, lo cual se pondrá en práctica al momento de establecer medidas e protección a mujeres periodistas. Por ejemplo, que se tenga en cuenta el contorno familiar de la periodista en esas medidas.
También les recordó a los Estados que los crímenes sexuales deben ser investigados con una mayor celeridad, y garantizando la no revictimización de las personas.
La Relatoría Especial también hace recomendaciones a los medios de comunicación para que trabajen por mejorar el ambiente laboral al crear protocolos claros para denunciar acoso, así como formación en medidas de autoprotección.