Un miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva aseguró que la saturación del sistema puede generarse no solo por falta de respiradores ni camas en terapia.
Arnaldo Dubin, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), indicó que “la limitante del funcionamiento del sistema (de salud), no es un recurso físico” como respiradores o camas, “sino el recurso humano“ y consideró que esa “triste” realidad ya puede observarse en jurisdicciones como Jujuy.
El médico intensivista brindó un panorama sobre la “crítica” situación que se vive en áreas de Terapia de muchas partes del país y dijo que los profesionales que las atienden están “sobrecargados, extenuados física y psicológicamente“, algo que lleva a “cometer errores, contagiarse, enfermarse“.
“Ha habido una enorme preocupación en el mundo por la disponibilidad de camas, ha habido carreras desenfrenadas por el desarrollo de nuevos respiradores, pero se ha hablado poco del recurso humano. La triste situación que se vive en Jujuy desnuda esa realidad. Hay respiradores, camas, pero no hay personal de salud“, apuntó.
En ese sentido, Dubin expresó que “si existe un riesgo de colapso, no es por falta de respiradores, de camas, es por la falta de personal“ y detalló que las áreas de atención crítica sufren históricamente la carencia de profesionales dispuestos a encarar esa función.
“Son pocos los médicos que quieren hace terapia intensiva. Esto tiene que ver con las demandas de la enfermedad, la carga física, psicológica, el contacto con el sufrimiento y los salarios. Menos del 50 por ciento de las vacantes son ocupadas y de no ser por los médicos extranjeros que vienen a formarse en el país, no sería posible atender correctamente a los pacientes“, indicó.
El médico aseguró que el Covid-19 “ha traído la terapia intensiva a las primera planas” y “desnudado la situación deficitaria” de esa especialidad en Argentina.
“Se ha planteado que otros médicos pueden colaborar, y efectivamente estamos trabajando en ese sentido. Habrá terapias intensivas que van a ser manejadas por cirujanos; ustedes piensen que pasaría si los intensivistas operamos pacientes“, describió.
En ese sentido, remarcó que “la terapia tiene límites finitos y la única posibilidad de evitar el colapso es que la enfermedad no siga creciendo“.