La propuesta escénica está inspirada en las luchas obreras que dieron origen al Día Internacional de la Mujer. Es un viaje inmersivo que combina poesía, cuerpo e improvisación. Con 13 actores y actrices en escena y un formato 360°, la experiencia se transforma en cada función y busca interpelar al público desde la memoria y la emoción.
La actriz villense Kimey Rodríguez, estudiante del último año de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario, regresa a su ciudad para presentar junto a sus compañeros la obra “Máquina Mujeres”, una creación colectiva que por primera vez se representará fuera de la ciudad de Rosario. La función tendrá lugar el domingo 21 de septiembre a las 20 horas en la Sala San Martín, con entradas generales a $12.000 y descuentos para jubilados.
El espectáculo surgió en 2024, durante el tercer año de formación de los estudiantes, bajo la dirección del profesor Hugo Cardozo. Se trata de una obra inspirada en las primeras movilizaciones que dieron origen al Día Internacional de la Mujer, tomando como punto de partida el trágico incendio de la fábrica textil Triangle en Nueva York, donde murieron más de 140 trabajadoras, en su mayoría jóvenes de entre 14 y 23 años.
Rodríguez explicó que la puesta “se hace con la técnica maquinal de Pompeyo Audivert, con una corporalidad y una oratoria poética, diferente al teatro convencional. No tiene un inicio y un desenlace clásico, sino que es un proceso colectivo que se fue construyendo con improvisaciones, investigación y textos escritos por nosotros junto al profesor”.
La obra cuenta con la participación de 13 actores y actrices en escena y se presenta en formato 360°, lo que permite que el público rodee a los intérpretes, generando una experiencia inmersiva. “Queremos que los espectadores se sientan dentro de esa fábrica, parte de lo que ocurre”, señaló la actriz.
“Máquina Mujeres” ya fue representada en Rosario en diversos espacios, desde la Escuela de Teatro y Títeres hasta hospitales, centros culturales y escuelas. Cada presentación resultó distinta, adaptándose al lugar y a la interacción con el público. “La obra tiene diferentes estaciones que vamos recorriendo y modificamos según el espacio. Eso hace que cada función sea única”, agregó Rodríguez.
La invitación para traer la obra a Villa Constitución fue realizada por Rebeca Fumazoni, gestora cultural, coordinadora de la Sala San Martín y directora del CETEM, institución donde Kimey inició su formación teatral. “Mi primer contacto con el teatro fue en las Jornadas de la Juventud, donde conocí a Rebeca. Después me sumé al CETEM, el grupo que ella dirige, y estuve allí cuatro años. Fue el inicio de todo este camino que hoy me tiene en el último tramo de la carrera”, recordó.
De cara al cierre de su formación académica, Rodríguez adelantó que planea continuar vinculada a la enseñanza y a la creación artística. “Voy a seguir con materias del profesorado y, sobre todo, con ganas de seguir haciendo y creando”, afirmó.
La función en Villa Constitución representa no solo un regreso a sus raíces, sino también una oportunidad para que el público local viva una experiencia teatral distinta, atravesada por la memoria, la lucha y la potencia de un trabajo colectivo.

