La UTN y el Movimiento Solidario Constitución forman electricistas con un fin social

Villa Constitución

Con un acto de inicio que contó con la presencia de docentes, coordinadores y estudiantes, comenzó de manera formal el curso de Electricidad Domiciliaria dictado por la Facultad Regional San Nicolás de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en las instalaciones del Movimiento Solidario Constitución (MSC). La propuesta, que combina la formación técnica con un fuerte compromiso social, ya tiene a sus primeros alumnos en proceso de aprendizaje.

El presidente del MSC, Pablo Mei, destacó la importancia de la iniciativa en un contexto social complejo. “No solamente les permite a los chicos resolver o aprender un oficio, sino que lo más importante es que en un momento tan difícil, les da la oportunidad de practicar algo que ya teníamos ganado como pueblo: la solidaridad”, afirmó. Mei hizo hincapié en la necesidad de reivindicar valores comunitarios frente a discursos individualistas. “Esta juventud divina que tenemos debe tener oportunidades y no olvidar esos valores que nos han enseñado nuestros ancestros”, añadió.

La singularidad del curso radica en su modalidad de evaluación final: los estudiantes aplicarán los conocimientos adquiridos para solucionar los problemas de infraestructura eléctrica del Merendero del Barrio Bajo Cilsa, a cargo de Viviana Costa. “Todo lo que han aprendido aquí lo van a volcar para solucionar los problemas del merendero. Es importantísimo porque, además de la práctica, tienen la oportunidad de brindar a la comunidad después de haber recibido una capacitación gratuita”, explicó Mei.

Un programa con 15 años de impacto

Noelia Barbaro, coordinadora del Centro Cultural de la UTN San Nicolás, enmarcó esta capacitación dentro del programa “Uno por Uno”, que la universidad lleva adelante desde hace 15 años. “La premisa es “un curso universitario breve por una acción solidaria”. Si bien tiene una gratuidad económica, nosotros consideramos que el ‘pago’ con el compromiso social también es importante. Esto de poner en práctica lo que uno sabe es el combustible del crecimiento personal y de la solidaridad”, señaló Barbaro.

La referente universitaria destacó el éxito de ediciones anteriores, no solo en Villa Constitución –donde ya se dictaron cursos de panadería y repostería–, sino también en San Nicolás. “Siempre los cursos terminan con cupo lleno y todos se comprometen mucho con la acción solidaria”, afirmó. Al finalizar la cursada, los estudiantes recibirán un certificado con acreditación de la UTN, avalado por una resolución de rectorado que evalúa las capacidades obtenidas.

Aprendizaje, seguridad y salida laboral

A cargo de la instrucción técnica está el profesor Daniel Gómez, quien durante la primera clase conoció a los participantes, muchos de ellos desempleados y en busca de una oportunidad. “Siempre vamos a hacer mucho énfasis en la seguridad eléctrica. Hay mucha falencia; hay personas que tienen solamente la térmica y piensan que eso es un salvavidas, cuando es imposible que hoy en pleno siglo XXI no haya un disyuntor diferencial, que es el que realmente salva vidas”, explicó el docente.

Gómez, quien tiene experiencia previa en trabajos solidarios similares realizados con la UOM en comedores de los barrios Luján, Unión y Luzuriaga, se mostró entusiasmado con el compromiso de los alumnos. “A veces vienen con clima complicado, con lluvia, con frío, y participan y preguntan. Es importante que tengan ganas de estudiar y de aprender, y también de tener un posible ingreso económico en un futuro”, reflexionó.

Sobre el trabajo final en el merendero, el profesor lo describió como una experiencia profundamente gratificante. “Es muy hermoso. Todos se pelean por participar, por agarrar las herramientas y conectar. Hay una alegría muy especial cuando uno ayuda a hacer cosas en comunidad”, concluyó Gómez.

De esta manera, la formación en electricidad se convierte en una herramienta dual: por un lado, brinda habilidades técnicas para una salida laboral concreta, y por el otro, fortalece el tejido social a través de una acción concreta de solidaridad, demostrando que la educación y el compromiso comunitario pueden ir de la mano.