Antonio Bonfatti: “La figura de Hermes Binner es la contracara de Milei”

Opinión

Por Mariano Panichelli (*)

Entrevista a Antonio Bonfatti, a 81 años del nacimiento de Hermes Binner. El ex gobernador de Santa Fe, fue una de las personas que más caminó junto a Binner. Desde la fundación del Partido Socialista Popular (PSP) en 1972, trabajando juntos en asentamientos de Rosario y en sus gestiones como intendente, gobernador y candidato presidencial. En esta entrevista repasa la vida política y los momentos compartidos.

El 5 de junio de 2024 Hermes Binner cumpliría 81 años. Con la fecha como excusa para reivindicar la figura del primer gobernador socialista de Argentina, dialogamos con Antonio Bonfatti, sucesor de Binner en la gobernación de Santa Fe y una de las personas que lo acompañaron a lo largo de su prolífica vida política. Sus recorridos, historias de militancia, gestiones, anécdotas y luchas compartidas contribuyen a configurar el perfil de un dirigente de notable trayectoria y vigencia. Y anima al entrevistado a reflexionar acerca del legado de Hermes Binner ante el escenario nacional actual en el que desde el poder central se cuestiona el rol del estado reduciéndolo a su mínima expresión, afectando las reglas de la democracia y el federalismo.

– ¿Quién era Hermes Binner según Antonio Bonfatti?

– Una persona muy singular que vino muy joven a la ciudad de Rosario desde su Rafaela natal a estudiar medicina a los 16 años. Alguien que se revelaba contra la injusticia y la pobreza, ávido de la lectura y que muy pronto abrazó las ideas del socialismo. Desde el centro de estudiantes de la facultad de medicina, fue un activo participante de la agrupación estudiantil APRI, luchando desde allí por los ideales de la juventud, del derecho de los estudiantes dentro de la facultad.

Pero también con una visión no solamente desde el punto de vista de las reivindicaciones teóricas, sino también alguien que comprendía la necesidad de la participación y de la práctica. 

Por eso pensar en Hermes es pensar en las ideas y en las prácticas que sustentan al Partido Socialista desde siempre, fundamentalmente en cuanto a garantizar la igualdad de los derechos de los seres humanos.

Era un apasionado y era como un tractor, una locomotora que nos empujaba y tiraba para adelante, alguien que transmitía y contagiaba. Un tipo muy sencillo, honesto, transparente, con una mirada que era un bálsamo mirar a sus ojos, y con manos muy grandes, que las movía mucho al expresarse y que reflejaban toda esa pasión por transformar la realidad que tenía. 

– ¿Cuándo y cómo lo conociste? ¿Te acordás?

– Sí, fue en 1972 cuando Hermes vuelve de su residencia en Buenos Aires, donde había ido a hacer la especialidad en anestesiología. Un día pasa por el centro de estudiantes a saludar a los compañeros. Yo estaba ahí y me invitó a trabajar a un centro de salud en el barrio Tablada de Rosario. Hacíamos campañas de vacunación. Trabajábamos junto con la escuela y hacíamos detección de tuberculosis, organizamos campeonatos de fútbol, hacíamos los festejos patrios, el Día del Niño. En definitiva, hacíamos una tarea que trascendía la mera asistencia, propiciando que los vecinos se den su propia organización dentro de ese asentamiento irregular.

Quienes formamos parte del Partido Socialista Popular en aquellos primeros años de los 70 cuando se funda el partido, teníamos un gran maestro llamado Guillermo Estévez Boero que insistía mucho en la necesidad del estudio de la realidad en todas sus facetas, de conjugar lo nacional y lo popular con las ideas del socialismo. En ese contexto, nos formamos muchos compañeros y compañeras entre los cuales había uno que se destacaba por su enorme capacidad de liderazgo, que era Hermes Binner.

– ¿Cómo se organizaban? ¿Qué actividades hacían?

– En nuestro grupo de militancia más cercano en aquel tiempo no éramos más que 16 personas, estudiantes de medicina, médicos, jóvenes la mayoría. Nos propusimos comenzar a estudiar el tema de la salud. Pero no solamente estudiar sino a la vez, militar llevando nuestra propuesta, nuestra solidaridad, nuestro trabajo hacia los barrios. Concurríamos a los dispensarios- así se llamaban en aquel entonces- un concepto que hoy sabemos que no es el correcto, porque encontramos en la denominación de “centros de salud” una mejor forma de mencionarlos, pero en definitiva, eran los lugares donde brindábamos asistencia a los que más necesitaban.

Como decía antes, no nos centrábamos solamente en la asistencia médica, sino también en la organización social para la transformación, la participación de los vecinos, creando espacios de alfabetización, propiciando buena alimentación, charlas de prevención, campañas de vacunación, jornadas deportivas, todo eso para nosotros tenía y tiene que ver con la salud como un hecho colectivo.

Recuerdo el nombre de cada uno de los que constituimos ese grupo, con un responsable que nos estimulaba para la lectura, para el estudio, que era Hermes.

Nos juntábamos en la casa de Sixto Sosa, un obrero socialista del frigorífico Swift, oriundo de Reconquista que vivía en el barrio Tablada. Con él y Hermes coordinando al grupo de trabajo, recorríamos casa por casa interactuando con los vecinos.

– Desde aquel trabajo en el barrio Tablada de Rosario que asoma como la génesis del modelo de salud socialista a la gobernación de Santa Fe. ¿Qué pasó en el medio?

– Hermes era un tipo tremendamente inquieto. No paraba nunca, tampoco el domingo. Todos los días para él eran iguales; con una enorme fuerza de voluntad y trabajo y con una dedicación que nos entusiasmaba y nos contagiaba. En esa primera etapa, a partir del trabajo en el barrio junto a la comunidad y también estudiando y produciendo algunos documentos. Con el transcurrir del tiempo, fuimos sumando relaciones y nos consustanciamos con otras miradas en relación a la salud pública.

Nos acercamos a la Asociación Médica y en particular con el grupo de profesionales que trabajaban en la edición de los Cuadernos Médico Sociales.

Así fuimos aprendiendo y creciendo en el abordaje de la salud pública como un hecho social, íntimamente ligada a la forma en que vivimos y trabajamos: si tenemos o no agua potable, si tenemos o no energía eléctrica, a qué educación accedemos y demás. Si bien, la salud pública se asocia con hospitales, centros de salud, médicos/as, enfermeros/as, medicamentos, nosotros siempre creímos que la salud está absolutamente vinculada a las condiciones de vida de las personas. Hermes insistía en ese concepto siempre.

Y tuvo el enorme mérito de llevar nuestras ideas a la práctica cuando Héctor Cavallero, intendente de Rosario en aquel entonces, lo nombró secretario de Salud Pública de Rosario en el período 1989 a 1993. El presupuesto del Municipio destinado a Salud en la ciudad de Rosario se incrementó del 8 al 32 por ciento. Una gran oportunidad que Hermes aprovechó con profundo compromiso, responsabilidad y disciplina para llevar a la práctica real y concreta todo lo que habíamos producido en aquellas experiencias colectivas de estudio y trabajo en los barrios de Rosario.

Cuando en 1995 asume como Intendente continúa dándole cada vez más impulso al desarrollo de la Salud Pública en Rosario y obviamente del 2007 en adelante pudimos llevar, otra vez con Hermes al frente ya como gobernador, toda esta concepción a la Provincia.

– Osea que hubo todo un recorrido previo de estudio, militancia barrial y producción de conocimiento que luego se transformaron en experiencias concretas de gestión en Rosario y Santa Fe.

– Exactamente. Se trata de un modelo de salud pública estructurado en red, con especial énfasis en el desarrollo de la atención primaria, con acceso gratuito, universal y de calidad, que le ha dejado a la ciudad de Rosario y a la Provincia una infraestructura realmente impresionante, con 10 hospitales y más de 120 nuevos centros de atención primaria, tecnología de última generación, producción estatal de medicamentos. Pero lo más importante de ese modelo que encarnó Hermes: equipos formados en todos los niveles de atención, trabajadores de la salud con compromiso ético y social. Algo sin precedentes en la historia no sólo de la ciudad y la Provincia, sino también del país. Hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar antecedentes similares en otros países del mundo.

Como siempre decimos: la infraestructura nueva es importante, pero podríamos reproducir en un hospital nuevo la misma lógica que en los hospitales viejos: es decir, el profesional esperando el paciente para atenderlo. Nuestra concepción de salud es otra: interpelar al modelo médico hegemónico para pensar la horizontalidad de los equipos interactuando con la comunidad. La salud se construye entre todos, se construye con la escuela, con el club, se construye con la participación de los vecinos, se aborda junto a todas las problemáticas sociales.

En todos estos procesos, Hermes fue el gran conductor y estratega. Un líder con una visión de estadista, apasionado en mejorar la vida de las personas, con una tremenda capacidad de innovación, trabajo y disciplina.

– ¿Cómo se puede vincular la figura de Hermes, sus propuestas, su recorrido como intendente, gobernador con el actual contexto nacional?

– Bueno, yo diría que todo esto que representa la figura de Hermes es la contracara del presidente Milei que acaba de plantear que si hay gente con hambre y se tiene que morir, que se muera. Yo nunca vi una cosa igual de ningún político en el mundo. Ni siquiera la extrema derecha plantea estas cosas. Es una barbaridad. Hermes y el ideario socialista representan la antítesis de ese pensamiento. Y cuando nosotros planteamos la necesidad del Estado, no hablamos de un Estado elefantiásico, burocrático, sino de un modelo de estado eficiente, que garantice la igualdad de derechos, las cuestiones básicas, para darle igualdad de oportunidades a todos, a la salud, a la educación, y que a la vez diseñe herramientas para apuntalar al sector privado para el desarrollo económico, a través de la infraestructura vial, ferroviaria, energética, de innovaciones científico tecnológicas. Garantizar la seguridad, propiciar planes para que la gente pueda acceder a la vivienda. Ese es el rol del Estado, y es todo lo contrario a lo que está planteando el presidente Milei.

– Hay una corriente de pensamiento liderada por el presidente y algunos de sus funcionarios que discute y cuestiona derechos que creíamos conquistados: los derechos de las mujeres, de las minorías, la agenda ambiental, el derecho a la salud. El desprecio por la ciencia, la cultura y la educación. ¿Cuál es la reflexión y el mensaje desde el socialismo?

– Así le fue al presidente cuando el 83 por ciento de los argentinos le terminó diciendo en una encuesta que la educación para los argentinos es vital y tuvo que revisar su decisión inicial de desfinanciar a las universidades. Todos esos derechos que mencionas fueron producto de luchas, y es muy difícil retrotraerlos, porque si el presidente plantea retrotraer esto, también va a haber movilizaciones, y la gente va a salir a defender esos derechos. Están adquiridos y no van a retroceder. Porque este es el avance de la humanidad, y no se puede ir en contra del avance de la humanidad.

– En relación a la falta de federalismo y de la lucha de las provincias por sus recursos -y en este punto es imposible no vincularlo con el momento en que Hermes Binner va a Corte Suprema de Justicia a reclamar por la coparticipación adeudada por Nación-, ¿qué reflexión hacés como ex gobernador?

– Creo que hoy los gobernadores, también se tienen que plantar como lo hizo Hermes en su momento. Les han quitado el Fondo de Incentivos Docente (FONID), el fondo del transporte, han retrotraído las transferencias que corresponden por ley de la coparticipación. Parece que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en la Argentina. El AMBA tiene subsidios y el resto del país no los tiene, entonces yo creo que no existe el federalismo en este país, tampoco existía con el gobierno anterior, hay que decirlo, porque hacía exactamente lo mismo, si comparamos lo que era el costo del agua, de la energía en el AMBA y en el resto del país.

Para entender el federalismo, hay que conocer la Argentina y no tener la mirada porteña. Por poner solo la lupa en la cuestión energética: La ciudad de Buenos Aires tiene 200 kilómetros cuadrados, con 2.800.000 habitantes y Santa Fe tiene 139.000 kilómetros cuadrados, con 3.500.000 de habitantes; 365 municipios, y comunas, con 55 mil kilómetros de cables, de media y baja tensión, donde tiene que haber un vehículo en cada pueblo, o cada ciudad. No es lo mismo, el costo de distribución de la energía es totalmente diferente. El costo de la energía que viene de Camesa es el mismo, pero después hay que distribuirla, entonces no se puede comparar. Hay que entender estas cosas, conocerlas y son cuestiones que se ignoran desde la mirada porteñocéntrica.

– ¿Cómo recordás ese momento en que Hermes fue a la Corte a reclamar por los fondos adeudados por Nación?

– Eso hablaba de un gobernador con firmeza, y hay que recordar que en los 90 también se le había plantado a Menem cuando era intendente, con el tema del Banco Municipal de Rosario, que desde el gobierno nacional en pleno auge de las privatizaciones se pretendía que se liquidara. Hermes se plantó y defendió el Banco de Rosario. Lamentablemente no tuvimos la misma suerte con el Banco de Santa Fe, perdimos el Banco, y la provincia se quedó sin su agente financiero. Pero claro, en la provincia en ese momento, gobernaba el peronismo. Hay que acordarse de estas cosas. Luego, durante su gobierno agotadas todas las instancias de negociación con el gobierno nacional por la deuda con Santa Fe, fue a la Corte y otra vez se plantó con firmeza y con argumentos. Después el tiempo le dio la razón, porque la Justicia terminó fallando -tarde-, pero al final se terminó reconociendo la deuda con Santa Fe hacia el final de la gestión de Miguel Lifschitz.

– Volviendo a tu relación personal con Hermes: ¿Alguna anécdota que hayas compartido con él? Que nos ofrezca una pintura de Binner a través de una anécdota.

– Yo siempre recuerdo una que vivimos cuando al final de su segunda gestión como intendente de Rosario viajamos en diciembre del 2003 a la Antártida. Íbamos por unas horas y hubo una tormenta y nos tuvimos que quedar tres días. Y entonces Hermes le dice al vice comodoro, jefe de la base, si quería que le hagamos un locro para toda la base. Eran 80 militares, también había científicos allí y hasta un sacerdote. Y bueno, no solamente hicimos el locro para los 80, sino que le hicimos el doble para que lo guarden y aprovechen después. Fue un hermoso momento. Luego, en la charla de la sobremesa, nos dice el cocinero que se les había roto la freidora y el horno del pan. Imagínense, en la Antártida, hacer todos los días el pan y la comida para 80 personas sin horno ni freidora. Y entonces Hermes le dice: yo cuando vaya Rosario le voy a mandar esos elementos. El cocinero lo miró incrédulo… Llegamos a Rosario, y personalmente se ocupó de conseguir el horno de pan eléctrico y la freidora. Embaló todo, se lo llevó al liceo Militar que garantizó el traslado de las cosas a la Antártida y a los 10 días tenían el horno ya funcionando. Un año después, cuando viajó una delegación de la Cámara de Diputados de la Nación a la Antártida, los residentes de la base comentaban que había un hombre que había sido fiel a su palabra, que les había prometido una freidora y un horno de pan, y a los 10 días lo habían tenido en la Antártida. Ese era Hermes, siempre dispuesto a resolver las cosas, a dar una mano, a ser solidario.

– ¿Cuáles son sus principales logros como intendente y gobernador?

– La capacidad de planificar 20 años hacia adelante, tener una mirada estratégica que abordaba todas las disciplinas, donde no era producto de un laboratorio de 10 personas iluminadas, sino que era el producto de años de estudiar las cosas, y debatirlas con la sociedad, escuchando, y a partir de allí el surgimiento de las propuestas, obras y proyectos. La modernización del Estado, la descentralización, la participación ciudadana. También con una mirada en otras ciudades del mundo, recorrer y mirar qué era lo más avanzado, qué se podía aggiornar a la realidad argentina. Hermes fue el que dejó estructurada la idea de la provincia, después había que materializarlas, algunas se lograron en su primera gestión, otras en la mía, y otras en la de Miguel Lifschitz, y otras todavía faltan terminar.

Pero la génesis de una provincia en toda su dimensión global es la visión de Hermes y la capacidad que tenía para convocar a esa construcción colectiva. Porque no todas las cosas surgieron de su cabeza, pero supo convocar y conducir a quienes trabajaban en temas de planeamiento, desarrollo cultural, energía, salud, provisión de agua potable y tantos otros temas.

– Viene uno de tus nietos o nietas y te pregunta: ¿quién fue Hermes Binner?

– Mi mejor amigo y un compañero con el que compartí 48 años de mi vida, donde pasábamos Navidades juntos, Año Nuevo, vacaciones con la familia, viajes. Alguien de una extraordinaria sensibilidad, que siempre daba lugar a que el otro pudiera también desarrollarse, que le daba mucho espacio a los jóvenes, ese era Hermes, un tipo muy sencillo, a pesar de esa máscara, en la que parecía un tipo duro, pero era un blando.

Apasionado por el estudio, la planificación, la perseverancia, el abordaje integral de las cosas, y el diálogo, que es la mejor herramienta para construir consensos.

(*) Comunicador Social (UNR). Ex Secretario de Comunicación Social del Gobierno de Santa Fe (2011 – 2015). Artículo publicado originalmente en La Vanguardia.