Hace pocos días el jugador de futbol Joshua Cavallo reveló abiertamente su homosexualidad. Este deportista australiano declaró: “Soy gay” y en todas las portadas de los diarios del mundo estalló la noticia: por primera vez un futbolista profesional en actividad se declara gay.
Ahora, la pregunta es: ¿Por qué esto tiene que ser una novedad o una noticia de portada? ¿Por qué la vida privada de una persona, sobre todo la que se refiere a su intimidad sexual, invade la carrera profesional?
La sociedad nos impone estos pensamientos: primacía de la heteronormatividad, la idea de que si no se es heterosexual se es anormal o antinatural. La sociedad está invadida por el pensamiento patriarcal, donde el hombre es sinónimo de macho y que, si se gusta de otro hombre, se es un enfermo o un degenerado. La formación ancestral, también, que viene desde nuestros tatarabuelos, qué pontificaba que si alguien no se casaba de joven era porque se era un raro y eso llevó a un montón de hombres a casarse por obligación, viviendo en una mentira.
En la actualidad esto sigue sucediendo, hombres con doble vida pues tienen miedo del qué dirán, para sostener la idea de que una familia perfecta es aquella que se establece entre heterosexuales que engendran hijos.
Estos pensamientos no están fuera del fútbol o del deporte en general. Si un jugador profesional atraviesa un conflicto o duda interna con respecto a su sexualidad, o incluso está seguro con su elección sexual, tampoco puede manifestarse libremente, justamente por todas las posibles reacciones que puedan generar sus declaraciones, por ejemplo que las hinchadas coreen su nombre, con cargas insultantes, provocando emociones contraproducentes.
En enero un jugador de la selección alemana, Phillip Lahm, publicó un libro que es llamado “El juego: el mundo del futbol” y en uno de los pasajes opina sobre la homosexualidad en el futbol. El deportista aconseja a los jugadores profesionales no hacer pública su elección sexual, porque si lo hacen, tendrán que soportar insultos, difamaciones, etc.
En realidad, estos comentarios no ayudan mucho. Lo bueno sería que cualquier jugador tuviera la posibilidad de mostrar libremente su elección sexual y que además existiera un marco de contención en donde se pudiera apoyar, compuesto desde sus compañeros de equipo hasta los dirigentes del club en donde esté jugando.
Se han dado muchos pasos en los últimos años para que exista mayor diversidad e inclusión en el deporte pero queda muchísimo por hacer y por visibilizar, justamente para que en breve un jugador que sienta la necesidad de expresar lo que le pasa en su vida privada y que lo pueda hacer sin tener que pensar en lo que pueda pasar, que no sea tomado como algo anormal el hecho de querer compartir su vida con otro hombre. De esa forma, es probable que su rendimiento en la cancha siga siendo el mismo o inclusive mucho mejor, porque no va a estar con una carga emotiva pesada por el temor al qué dirán.
De a poco se van dando pasos en el deporte para lograr que haya más diversidad e inclusión pero falta mucho por hacer. Sería deseable que los mismos jugadores de fútbol, cualquiera sea su orientación sexual, ayuden a fomentar la diversidad para que las hinchadas no canten canciones de odio y de denigración a los homosexuales.
Hay que destacar como algo muy positivo que en Argentina otros jugadores profesionales de otros deportes, tuvieron la valentía de hacer pública su elección sexual. Para ellos fue una liberación y los ayudó a ser auténticos con ellos mismos sin pensar en las repercusiones, potenciándose como jugadores física y técnicamente.
Con la declaración de Joshua Cavallo, el 27 de octubre fue un día muy importante para la comunidad LGBTIQ+ en el fútbol. El jugador recibió un gran apoyo tanto de sus compañeros, como de otros colegas suyos que juegan en equipos importantes.
Por todo esto, a los que nos toca jugar en equipos diversos, tenemos la tarea de trabajar intensamente para visibilizar esta situación y que cada vez más gente acepte y respete que el amor se puede dar de diferentes maneras, que el amor vence al odio para una mejor convivencia y respeto entre todos.
Claudio Blanco es abogado, coordinador de los Dogos y jefe director de Operaciones de IGLF (International Gay and Lesbian Football Asociations), entidad internacional que lleva adelante las organizaciones de fútbol gay.