Estudios reflejan “daños pulmonares graves” en animales infectados. Los perros también deberían ser inmunizados contra el coronavirus en cuanto los fármacos anticovid estén autorizados. De todos modos, aclararon que “no hay evidencia científica de que jueguen un papel en la propagación de Covid-19”.
Especialistas de un hospital veterinario en el sudeste de Inglaterra advirtieron manifestaciones “atípicas” incluidas anomalías cardíacas graves y un deterioro profundo del estado de salud, en perros y gatos infectados con la variante británica de coronavirus, según publicaron en un estudio que aún no cuenta con revisión de pares.
“Las mascotas domésticas pueden contraer la infección por SARS-CoV-2 pero, según la información limitada disponible hasta la fecha, se desconoce si la nueva variante británica B.1.1.7 puede infectar más fácilmente a ciertas especies animales o aumentar la posibilidad de transmisión humano animal”, señalaron los investigadores del Ralph Veterinary Referral Center (RVRC) en Marlow, al sur del condado de Buckinghamshire, Inglaterra.
En este estudio, los investigadores reportaron “los primeros casos de infección de perros y gatos domésticos por la variante británica B.1.1.7 del SARS-CoV-2 diagnosticada en un hospital veterinario especializado”.
En España, el grupo de seguimiento de Covid-19 de la Organización Colegial Veterinaria (OCV) recomendó la vacunación masiva de gatos contra el coronavirus, en primera instancia, y luego de perros, cuando las vacunas para animales estén autorizadas.
La OCV avanzó sobre este tema porque hay investigaciones en marcha en varios centros vinculados a la Universidad Complutense de Madrid, encaminadas a la obtención de una vacuna para animales, en especial los gatos, ya que, “a pesar de la escasez de síntomas manifestados, en algunos casos detectados las necropsias reflejan daños pulmonares graves”.
“La labor permite cierto margen de optimismo respecto a la llegada de la vacuna, porque en carnívoros, al tratarse de un virus muy inmunogénico, el proceso no entraña grandes complicaciones”, afirmaron.
Este grupo de expertos está integrado por catedráticos en microbiología veterinaria y médica, y en sanidad animal, los responsables de la OCV y el director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de España.
Estudios en Italia y Estados Unidos
Como antecedente, el 19 de marzo pasado los laboratorios del Instituto Zooprofiláctico Experimental de Piamonte Liguria y Valle d’Aosta (IZSPLV) anunciaron que identificaron el primer caso de la variante inglesa del SARS-CoV-2 (linaje B.1.1.7) en un gato.
“La positividad del gato no debe generar alarmas”, expresó en un comunicado Bartolomeo Griglio, jefe de Prevención de la Región de Piamonte, e indicó que “debido a la enfermedad de sus dueños, las mascotas se encuentran viviendo en ambientes con una fuerte circulación viral y por lo tanto, no es inesperado que ellos también puedan contraer la infección”.
Griglio aclaró que, no obstante, “no hay evidencia científica de que jueguen un papel en la propagación de Covid-19”, y que “el contagio interhumano sigue siendo la principal vía de propagación de la enfermedad”.
Unos días antes, el 15 de marzo, investigadores de la Universidad de Texas A&M anunciaron también que habían encontrado la variante del Reino Unido en un perro y un gato del mismo hogar en el condado de Brazos, Texas.
Según informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su página, hasta el momento “no hay evidencia científica de que los animales de compañía (perros y gatos) sean una fuente de infección para los humanos”.
No obstante, las recomendaciones con animales “siguen siendo lavarse las manos antes y después de interactuar con ellos y sus pertenencias”, así como practicar el distanciamiento en caso de estar enfermo.