El diputado provincial Walter Ghione, del bloque Vida y Familia, presentó el proyecto de ley la semana pasada. Crece la inseguridad y se reabre el debate sobre cómo proteger las casas.
El proyecto de ley fue presentado en la Cámara de Diputados de Santa Fe y propone normalizar la “instalación y uso de cercos eléctricos de seguridad para uso privado”.
La iniciativa, elaborada por el diputado provincial de Vida y Familia, Walter Ghione, busca regular una práctica ya existente y que es utilizada para desalentar los robos en las viviendas familiares.
“En la actualidad, los vecinos ya están utilizando este sistema de defensa que se consigue comprando el kit en los portales de internet, y lo instalan sin ningún control del Estado y en muchas ocasiones directamente a la corriente de 220 voltios de la red, con el riesgo de causar la muerte que esto conlleva”, alertó.
En el mercado electrónico se pueden conseguir equipos completos de siete hilos para una distancia de 20 metros, donde además de la instalación se incluye batería de respaldo y alarmas mediante sirenas por 30 mil pesos.
Por eso, ante esta situación, el legislador considera que debe reglamentarse su instalación y uso de cercos, como un obstáculo o impedimento que imponga una resistencia normal, al que intente violar el derecho ajeno.
El cerco eléctrico de seguridad es un dispositivo conformado por un alambrado o conjunto de hilos metálicos por los cuales circula electricidad, destinado a propinar una leve descarga a quienes entren en contacto con él. También puede brindar la posibilidad de activar un sistema de alarmas, con o sin monitoreo.
Por otra parte, se prevé que la autoridad de aplicación será quien determine los materiales que pueden ser utilizados para la construcción de cercos y el voltaje de descarga permitido, entre otros puntos.
Asimismo, según la iniciativa “la altura mínima a la que debe estar emplazado el cerco eléctrico de seguridad será de 2,20 metros, contados desde el nivel del suelo. Tendrá que tener carteles de advertencia y no podrá sobresalir de los límites de la propiedad”. También estipula que la instalación, reparación y mantenimiento sólo podrá realizarse por personal habilitado y tanto la instalación como el equipo deberán estar certificados por las normas internacionales de seguridad eléctrica.
Ghione afirma que estos cercos de seguridad no lastiman a personas ni mascotas. Trabajan de manera disuasiva con muy bajo amperaje, en lo que se conoce como “Umbral de Pánico” ocasionando sólo una sensación desagradable a quien intenta ingresar a robar o violar una propiedad privada trepando por los encima de los muros.
Existen experiencias cercanas donde se aplica la regulación como en Brasil, Uruguay y Chile, que utilizan como protección los cercos perimetrales energizados. Y nadie puede desconocer que, ante la falta de seguridad y el crecimiento del delito en nuestra provincia, los vecinos optan por autoproteger su familia y su hogar instalando por ejemplo estos sistemas de disuasión.
“Se pretende legislar sobre una modalidad que ya existe y que se utiliza para proteger a las familias y los hogares de la delincuencia. La falta de normas que regulen su instalación y la necesidad de proteger la vida humana son motivos suficientes para avanzar en esta iniciativa”, finalizó Ghione.