Pastoral Social, ante la reforma laboral: “Cualquier cambio debe priorizar la persona humana”

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La entidad religiosa, a través de un comunicado, expresó su postura sobre el proyecto que se debate a nivel nacional. En ese sentido, abogó por la defensa de los derechos de los trabajadores y el diálogo entre todas las partes, asegurando la justicia y la paz social.

A través de un comunicado difundido este miércoles, la Pastoral Social Rosario, indicó que «cualquier cambio debe priorizar la persona humana por encima de intereses económicos o coyunturales».

La entidad religiosa abogó por la defensa de los derechos de los trabajadores y el diálogo entre todas las partes, priorizando la justicia y la paz social.

«La desocupación es una verdadera calamidad social frente a la cual compete al Estado promover políticas que activen el empleo, incentivando para ello el mundo productivo», reforzó.

«Entre los derechos laborales que deben ser reconocidos enumeramos: el derecho a la justa remuneración; al descanso; a ambientes de trabajo y procesos productivos no perjudiciales a la salud e integridad moral; a la salvaguarda de la propia personalidad sin que sea conculcada la conciencia o dignidad; a los subsidios necesarios para la subsistencia del trabajador desocupado y familia; a la pensión; a la seguridad social para la vejez, enfermedad y en caso de accidentes; a las prestaciones relacionadas con la maternidad; y a reunirse y asociarse a través de la sindicalización», remarcó.

«Toda legislación laboral debe partir del reconocimiento de que el trabajador es sujeto de derechos, no un recurso descartable», subrayó la institución frente a modelos que tienden a ver al sujeto productivo como un número.

«El trabajo no es una mercancía ni salario ni un precio: es una actividad humana; por lo cual su valor es superior a cualquier bien material. La remuneración es el elemento más importante para practicar la justicia en las relaciones laborales y para la distribución de la renta», sostuvo la entidad.

Otro de los puntos importantes es el referido a los momentos libres o de esparcimiento, que corren peligro si se aplican jornadas de doce horas, como indica el borrador. Sobre ello, manifestó que «los ciudadanos no deben ser privados por motivos de productividad económica de un tiempo destinado al descanso, al ocio y al culto divino».

Respecto al rol de los sindicatos, fuertemente cuestionado en la propuesta, expresó que «les corresponde la función de defensa y reivindicación de derechos, la representación de los trabajadores y la educación de su conciencia social de manera que se sientan parte activa en la construcción del desarrollo económico y social».

«La informalidad y el trabajo no registrado privan al trabajador de los beneficios de la seguridad social y constituyen una práctica injusta que debe ser erradicada. En nuestro país, la informalidad laboral, el desempleo juvenil, la feminización de la pobreza y la situación de muchos migrantes constituyen heridas sociales profundas. Una reforma que no tenga en cuenta a quienes más sufren corre el riesgo de aumentar desigualdades ya existentes», explicó la Pastoral sobre otra gran problemática en la actualidad laboral.

«Con estas ideas, queremos colaborar al esclarecimiento de las conciencias dejando en claro que no compete a la Iglesia inmiscuirse en cuestiones técnicas ni partidarias y que sólo nos guía el propósito de alentar la Amistad Social para hacer posible la convivencia fraterna que requiere de la justicia y la caridad», cerró la entidad.