Durante el acto conmemorativo por el Día del Maestro realizado el viernes por la mañana en el Parque Deportivo y Recreativo CILSA, la directora del Instituto Superior de Profesorado N° 3 “Eduardo Laferriere”, Celina Palet, fue una de las oradoras. En su intervención, reflexionó sobre la tarea docente, los desafíos que enfrentan a diario y la vocación que sostiene la profesión.
En el inicio de su discurso, Palet reconoció las críticas que muchas veces recaen sobre la educación y sus protagonistas, y expresó: “A veces escuchamos voces que nos dicen tan sólidamente como el agua que se escabulle en un arroyo que ‘…escuelas eran las de antes’, ‘… profesores con vocación ya no hay’, ‘… los de educación física les dan una pelota y ya está’, ‘… ¡para docente vas a estudiar! ¿No había otra cosa?’, ‘… ¿Qué esperás..? Por lo que ganan…’”. Sin embargo, contrastó esas miradas con las experiencias que se viven en las aulas y que, según afirmó, alimentan el compromiso docente.
La directora subrayó que el motor de la docencia se encuentra en las voces de los estudiantes, que día a día confirman el sentido de la tarea. “Escuchamos otras voces, la voz de un niño que lee unas palabras por primera vez, no hay nada remotamente comparable con ese sonido; de un adolescente que nos dice que nunca lo había podido hacer pero hoy sí pudo, porque entendió; de un egresado que lleva en sus manos su título, el primero de su familia en lograrlo y eleva hacia el cielo el pergamino como si alguien desde allí arriba pudiera saludarlo”.
En ese marco, Palet planteó que, pese a las dificultades, la elección de ser docente se reafirma constantemente: “La verdad que todos los docentes sabemos: si pudiéramos volver a elegir, volveríamos a elegir ser docentes”.
Sostuvo que “en la escuela sigue latiendo la esperanza: cada clase es un recordatorio de que un mundo distinto es posible”, y que “la docencia nos acerca a lo esencial: las ganas inmensas de aprender”.
Además, citó al pedagogo Carlos Skliar, destacando que “Educar es lo contrario de la mezquindad y del empequeñecimiento del mundo y de las vidas. Educar tiene que ver con insistir en lo imposible, en ir a contracorriente de los tiempos que corren, en habitar un presente claroscuro y habilitar a los demás en un camino de igualdades y multiplicidades”.
Finalmente, Palet cerró su discurso con una declaración que sintetizó el espíritu de la jornada: “Ratificamos nuestra decisión de ser docentes cada día. Con convicción, firmeza, amor, sinceridad y certeza: elijo ser docente, una y otra vez; creo en la escuela que supimos construir y digo a viva voz: ¡orgullosamente docente!”.