Crisis en Acindar: suspensiones, caída de producción y un futuro incierto

Villa Constitución

La situación del sector metalúrgico y siderúrgico en Argentina continúa deteriorándose, con empresas como ArcelorMittal Acindar operando a menos del 50% de su capacidad y trabajadores suspendidos para evitar despidos. En medio de un contexto marcado por la caída de la obra pública, el ingreso de materiales importados y la falta de políticas industriales, el panorama se vuelve cada vez más crítico.

Silvio Acosta, integrante de la Comisión Interna de Acindar Villa Constitución, confirmó que la planta local produce actualmente alrededor de 600.000 toneladas anuales, frente a las 1.200.000 que solía fabricar. “Hace un año y medio que venimos así, surfeando la ola con acuerdos de suspensiones”, explicó en el programa Infos, que conduce Víctor Hugo Dimaría. La próxima semana, otra línea de producción (el Tren 1) se sumará a las paralizaciones, mientras que el Tren Laminador N°2 ya cerró de manera definitiva, dejando a más trabajadores fuera de actividad.

“Lo que nos dicen es que no va a volver a arrancar”, señaló Acosta, aunque aclaró que, en un escenario de reactivación, podría reconsiderarse. Sin embargo, las perspectivas no son alentadoras: la caída de la obra pública y el ingreso de acero brasileño ahogan la demanda local. “El ciudadano común ya no compra materiales para hacer una reja, ni para obras menores”, lamentó.

La paradoja de la industria: cierres versus nuevas inversiones

Mientras Acindar lucha por mantener sus operaciones, otra empresa siderúrgica anunció la instalación de una nueva acería en San Nicolás, que generaría miles de puestos de trabajo. Ante esta aparente contradicción, Acosta cuestionó: “La empresa no juega como debería jugar. No es lo mismo producir 600.000 toneladas que 1.200.000, pero el costo lo estamos pagando los trabajadores”.

Desde la perspectiva sindical, hay un problema estructural: “No vemos un plan para reactivar la producción. Esto no es solo un tema de los metalúrgicos, sino de toda la cadena productiva: talleres, comercios y la ciudad misma, que depende de la siderurgia”, remarcó.

¿Despidos encubiertos o crisis real?

Frente a la posibilidad de que las suspensiones sean una estrategia para reducir plantel, Acosta fue contundente: “No es un invento. La caída es real. El problema es que, en lugar de buscar soluciones, algunos aprovechan para ajustar”.

Los trabajadores negocian medidas paliativas, como suspensiones rotativas o adelanto de vacaciones, para evitar despidos. “No estamos de acuerdo con que la gente pierda su trabajo, pero hay que encontrar alternativas”, afirmó.

Un llamado a la acción conjunta

Para Acosta, la salida requiere un debate más amplio: “Esto no se resuelve solo con paros. Necesitamos una propuesta integral, con empresarios, gremios, políticos y el Estado. Hay que armar un comité de crisis y exigir respuestas”.

Mientras tanto, en Villa Constitución y otras ciudades industriales, la incertidumbre crece. La pregunta que queda flotando es: ¿habrá un plan para reactivar la producción nacional, o el sector seguirá languideciendo frente a la falta de políticas claras?