Los vertidos en el arroyo Saladillo afectan el ambiente de la Reserva Natural de Villa Gobernador Gálvez, donde por estos días luchan para que sea incorporada al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas.
Una inusual espuma y un insoportable olor sobre el arroyo Saladillo entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez dispararon el alerta de ambientalistas de la zona, que detectaron un vertido químico en plena área protegida y preparan una denuncia ante el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia.
Los fluidos contaminantes, que terminan en el río Paraná, llevan varios días siendo desechados en el agua que avanza entre el Parque Regional Sur rosarino y la Reserva Natural de la vecina ciudad, que consta de cien hectáreas de un bosque nativo único en el sur santafesino y donde conviven cientos de especies animales.
“Lo venimos monitoreando y vemos todos los días un flujo grande de este líquido”, advirtió Damián Lescano, presidente de la Asociación Civil Amigos de la Reserva Natural, en declaraciones a Telenoche (El Tres), de Rosario.
La contaminación se manifiesta por una espuma blanca en superficie y un “olor muy fuerte a ácido sulfúrico, como a huevo podrido”, precisó el ambientalista y lamentó: “Probablemente cause un daño en la vida de los animales. El arroyo no tiene fama de ser un lugar muy limpio pero tiene abundantes sábalos, taruchas y tortugas”.