En su histórica sede de calle Jujuy 54, el Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales “22 de Abril” -más conocido por su dirección que por su nombre oficial-, celebró el martes pasado su 51° aniversario. Lo hizo como siempre: con las puertas abiertas y una agenda de actividades que crece con el entusiasmo de sus protagonistas. Pero también con conciencia de los desafíos que enfrentan las instituciones en tiempos difíciles.
“Para mí, el Centro es como una segunda casa”, confiesa con emoción Mabel Paredes, vicepresidenta de la comisión directiva. Esa frase resume el vínculo que muchos vecinos y vecinas de la ciudad tienen con este espacio, que no solo ofrece actividades recreativas y talleres, sino también compañía, afecto y contención.
En una cálida entrevista realizada en el programa matutino «Mientras Tanto», conducido por Alejandro Iuliani en Radio X (90.3 FM) y replicado por las emisoras de Cadena Regional, tres voces representaron el presente y el porvenir del Centro: Ana María Ceraso Rizzo, empleada administrativa con 34 años de trayectoria; Fernando Acuña, profesor de teatro y tango; y la mencionada Mabel Paredes.
Un lugar de encuentro
Ana María, testigo privilegiada de más de tres décadas de historia institucional, fue quien delineó la actualidad del Centro con claridad y entusiasmo: “Tenemos muchos talleres activos: taichí, folclore, pilates, yoga, informática, taekwondo, tango, teatro, escritura, artes visuales, memoria, manualidades, tejido… y la lista sigue”.
Pero lo más interesante, según remarca, es que el Centro de Jubilados se convirtió en un punto de encuentro intergeneracional. “No es solo para adultos mayores. Queremos que se acerquen personas de todas las edades. La idea es compartir, acompañar, encontrarse”, subraya Ana María. Y no solo se trata de talleres: también hay un área de turismo social y una importante gama de servicios como enfermería a domicilio, podología, asesoramiento legal, masajes, peluquería y depilación.
Después de la pandemia, el panorama fue duro. “Perdimos casi la mitad de los asociados y tuvimos que ser muy creativos para sostener la institución”, cuenta Ceraso. A pesar de las restricciones horarias que pesan actualmente sobre la entidad para la organización de eventos —por cuestiones de convivencia con un vecino—, el salón volvió a abrir sus puertas para actividades diurnas y, sobre todo, para celebraciones. Aunque solo se permiten dos eventos nocturnos al mes.
Cena aniversario y milonga
El sábado 26 de abril se celebrará la tradicional Cena Aniversario, con menú completo —chorizo con papas, vaquillona deshuesada, bebidas, postre helado, torta y sidra— y un show musical en vivo a cargo de “Los Porteñitos”. Las tarjetas pueden conseguirse en la sede del Centro, llamando al 474262 o acercándose en los horarios de atención.
Pero eso no es todo. Fernando Acuña, el multifacético profesor de teatro y tango, anunció una propuesta que apunta a ampliar la oferta cultural del Centro: un ciclo de milongas mensuales. La primera será el domingo 11 de mayo, de 16 a 21 horas. “La idea es recuperar el espíritu social del tango, sacarlo del pedestal y devolverle su esencia popular”, explicó Acuña. “Después de la pandemia empezamos con dos o tres alumnos y hoy tenemos clases con más de 18 personas”, contó.
El ciclo busca también responder a una necesidad concreta: “Mucha gente está aprendiendo a bailar, pero no tiene dónde milonguear”, señala. El evento será abierto a toda la comunidad, sin importar el nivel de experiencia. “Queremos que la gente se anime, que lo disfrute. El tango es comunicación, abrazo, escucha”, agregó el profesor.
22 de abril: un nombre con historia
El nombre del Centro de Jubilados no es casual. Evoca una fecha clave en la historia local, en el marco de la huelga de los trabajadores metalúrgicos de Villa Constitución, en 1975. Una gesta obrera que marcó a fuego la identidad de la ciudad. El Centro honra esa memoria desde su misma denominación, reforzando su carácter profundamente comunitario y popular.
El testimonio de los directivos, empleados, talleristas y socios deja claro que el Centro de Jubilados “22 de Abril” es mucho más que un salón en calle Jujuy 54. Es un espacio donde se cruzan la memoria y el futuro, lo cotidiano y lo artístico, el cuidado y la fiesta. Y en su aniversario número 51, renueva su compromiso con la comunidad que lo sostiene, lo habita y lo hace crecer.
Con una cena para celebrar lo recorrido y una milonga para abrir nuevos caminos, Jujuy 54 sigue siendo mucho más que una dirección. Es, como dijo Mabel, una segunda casa. Y como toda buena casa, siempre tiene lugar para uno más.