La Federación Industrial de Santa Fe (FISFE) advirtió que la combinación de apertura importadora y retracción de la demanda está generando un impacto severo.
El Gobierno de Santa Fe alertó sobre un fuerte aumento de suspensiones laborales en los últimos meses, con más de 3.400 trabajadores afectados y 46 empresas aplicando el artículo 223 bis, principalmente en el sur provincial. “Al no pagarse las contribuciones patronales se reduce la carga laboral y pagan solo una suma no remunerativa”, explicó el secretario de Trabajo, Julio Genesini.
El funcionario provincial explicó que la caída de la actividad y las dificultades para importar insumos golpean especialmente a firmas medianas y grandes, destacándose el sector metalúrgico con 17 empresas involucradas. Aunque este mecanismo permite aliviar costos empresariales y preservar empleos, la situación vuelve a mostrar un deterioro tras la leve recuperación registrada a finales del año pasado.
En ese contexto, Genesini remarcó el rol de los actores del sector productivo y gremial: “Hay que destacar el esfuerzo de empresarios y sindicatos para preservar puestos de trabajo en este marco”, sostuvo.
En paralelo, la industria santafesina enfrenta un escenario marcado por despidos y recortes. La Federación Industrial de Santa Fe (FISFE) advirtió que la combinación de apertura importadora y retracción de la demanda está generando un impacto severo.
Casos recientes como los despidos en Whirlpool, y en las firmas Cramaco y Essen —con pérdidas de alrededor de 30 puestos en localidades como Sastre y Venado Tuerto— profundizan la preocupación del sector. Según FISFE, el rumbo económico nacional no muestra señales de cambiar en el corto plazo, y la crisis laboral podría extenderse en los próximos dos años.
