Santa Fe: un policía baleó a su pareja, agredió a su hija y se atrincheró durante horas

La Provincia

La mujer permanece internada en estado crítico. El atacante, un efectivo reincorporado en 2023 tras más de una década en disponibilidad, fue reducido por el GOE y está bajo custodia.

Una mañana de extrema tensión se vivió este viernes en barrio Nueva Esperanza, en el norte de la ciudad de Santa Fe, cuando un policía en actividad, identificado como César Muga, disparó contra su expareja, agredió físicamente a su hija de 16 años y se atrincheró armado durante más de dos horas en su domicilio.

El caso, que derivó en un importante operativo policial y terminó con el agresor herido y detenido, es investigado como tentativa de femicidio.

La mujer atacada, de 54 años, permanece internada en el hospital Iturraspe en estado crítico, luego de recibir cuatro disparos que afectaron órganos vitales. Fue sometida a una cirugía de urgencia y no se descarta una segunda intervención.

Su hija adolescente fue atendida por un traumatismo leve y un cuadro de shock, mientras que una niña de 3 años, también presente en la vivienda, resultó ilesa.

Ataque, encierro y disparos

Todo comenzó minutos antes de las 7 de la mañana, cuando un llamado al 911 alertó sobre gritos y violencia dentro de una vivienda de calle Europa al 8700. Según relataron vecinos, fue un hombre del barrio quien logró ingresar y rescatar a la mujer herida y a su hija, trasladándolas por sus propios medios al hospital.

Muga, armado con su pistola reglamentaria, se encerró dentro de la casa y se negó sistemáticamente a entregarse. Durante la negociación con el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), se produjeron entre 10 y 12 detonaciones, uno de los disparos impactó en el escudo balístico de un efectivo.

La tensión se mantuvo durante más de tres horas, hasta que los agentes ingresaron y lograron reducirlo. El agresor fue trasladado al hospital Cullen con una herida en la pierna y permanece bajo custodia policial.

El caso reavivó el debate sobre los controles psicológicos dentro de la Policía de Santa Fe. Muga, de 54 años, había estado en disponibilidad durante más de diez años debido a un sumario por incumplimiento de deberes y cohecho. En julio de 2023 fue reincorporado a la fuerza tras una junta médica que lo habilitó a portar nuevamente su arma reglamentaria.

Desde entonces prestaba servicios en la comisaría 16ª de Recreo y, según la jefa de la Unidad Regional I, Margarita Romero, era considerado “un excelente empleado, cumplidor y sin antecedentes de violencia de género”.

Sin embargo, testimonios de vecinos contradicen esa versión. Aseguran que la noche anterior al ataque Muga provocó disturbios en la vía pública y que ya existían episodios previos de agresividad y consumo problemático de alcohol.

La propia hija del agresor declaró que su padre había tenido conductas violentas antes y que en esta oportunidad intentó matarlas a ambas.

Investigación y protocolos activados

La causa quedó a cargo del fiscal Roberto Olcese, de la Unidad de Violencia Familiar y Sexual del Ministerio Público de la Acusación (MPA), con la carátula de “tentativa de femicidio, lesiones agravadas y abuso de arma de fuego”.

La Brigada de Femicidios de la PDI lidera la investigación, mientras que se revisan posibles fallas en la intervención policial previa, ya que el 911 había recibido un llamado por desorden en la vivienda horas antes del ataque.

También se investiga si existen otros antecedentes del agresor que no fueron registrados formalmente, e incluso la versión de una expareja fallecida en circunstancias dudosas. Mientras tanto, se desplegaron dispositivos de asistencia integral para las víctimas y equipos de bienestar para el personal policial afectado.

El hecho generó fuerte conmoción en la ciudad y volvió a poner en el centro de la agenda la necesidad de fortalecer los mecanismos de control interno en las fuerzas de seguridad, especialmente en casos donde agentes atraviesan situaciones de inestabilidad emocional o con antecedentes disciplinarios graves.