La movilización se realizó este martes en Oroño y Córdoba, con el objetivo de visibilizar la crisis que atraviesa el sector.
Prestadores, familiares y organizaciones vinculadas a la discapacidad realizaron este martes una movilización en pleno centro rosarino para reclamar el tratamiento urgente de la ley de emergencia en discapacidad, impulsada a nivel nacional y demorada en el Congreso. La protesta tuvo lugar en el cruce de bulevar Oroño y Córdoba, donde los manifestantes advirtieron que el sistema integral de prestaciones “se está desintegrando” frente a la falta de respuestas.
La concentración comenzó a las 10 con pancartas, carteles y una consigna clara: visibilizar la crisis que atraviesa el sector y exigir que la Cámara de Diputados retome el tratamiento del proyecto presentado por el legislador Daniel Arroyo, que ya cuenta con dictamen favorable de las comisiones de Salud y Discapacidad.
“Es fundamental y urgente que haya acompañamiento. El sistema está colapsado y muchos prestadores están endeudados, sin aumentos en todo el año y con aranceles congelados por parte de obras sociales y prepagas”, denunció Mariel Chapero, presidenta de la Asociación Provincial de Instituciones para Personas con Discapacidad (Apridis).
Durante la protesta también se hizo foco en la precaria situación laboral de quienes trabajan en talleres protegidos: “Tienen una carga de 20 horas semanales y cobran apenas 28 mil pesos al mes”, remarcó Chiapero.
A la par del reclamo económico, hubo fuertes cuestionamientos al accionar de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) por la modalidad de las auditorías que están afectando el otorgamiento y la continuidad de pensiones. “Exigimos que se respeten los diagnósticos y los tiempos de notificación. Las personas con discapacidad no pueden ser tratadas como un número más en una planilla”, agregaron desde Apridis.
La reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda prevista para este miércoles fue postergada por el duelo nacional tras la muerte del Papa Francisco. El tratamiento del proyecto se reprogramó para la semana próxima, mientras crece la urgencia de un sector que sostiene miles de puestos laborales y prestaciones fundamentales para la población.
Desde Rosario, el reclamo fue claro: sin ley de emergencia, el sistema seguirá desmoronándose. Y las consecuencias ya se sienten.
