La carga impositiva sigue recayendo sobre la clase trabajadora

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El Gobierno nacional celebró recientemente la mejora en la recaudación fiscal de enero, impulsada en gran parte por un mayor número de trabajadores y jubilados alcanzados por el Impuesto a las Ganancias, restituido el año pasado por la administración de Javier Milei. Sin embargo, el análisis de los datos oficiales revela que el peso de la carga impositiva continúa recayendo sobre la clase trabajadora.

De acuerdo con cifras de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA, ex AFIP), los Aportes y Contribuciones de empleados crecieron un 159,4% durante el primer mes de 2025. Este incremento no responde únicamente al aumento de los salarios, sino también a la ampliación de la base de contribuyentes obligados a pagar este tributo.

Otro de los impuestos que impulsó la recaudación fue el Impuesto a los Combustibles, que afecta a todos los automovilistas del país con cada carga en los surtidores. La reactivación de este gravamen significó un golpe directo al bolsillo de la población, especialmente en un contexto de inflación y pérdida del poder adquisitivo.

El incremento de la recaudación en estos rubros contrasta con la caída de otros impuestos que afectaban en mayor medida a sectores concentrados de la economía. Las retenciones a las exportaciones registraron una baja del 3,6%, con una recaudación de $544.857 millones, mientras que los aranceles y tasas de estadística descendieron un 3,3%, con ingresos de $497.996 millones. Por su parte, el Impuesto a los Bienes Personales generó ingresos por $47.955 millones, marcando una caída del 0,3% en términos reales o del 20% en términos nominales.

En este escenario, la eliminación del Impuesto PAIS, oficializada a fines del año pasado, fue compensada por la clase trabajadora a través de los tributos sobre Ganancias y combustibles, lo que pone en evidencia un esquema de recaudación que sigue recayendo principalmente sobre los sectores que dependen de su salario para subsistir.

En total, los ingresos públicos se incrementaron en $2.570.020 millones durante enero, un resultado que, lejos de representar un alivio para los contribuyentes, refuerza el debate sobre quiénes son los verdaderos sostenes del sistema impositivo argentino.