Este martes 3 de diciembre, Gloria Beatriz Suárez alcanzó un hito que pocos logran: celebrar su cumpleaños número 100. La jornada comenzó con un desayuno especial en el Café Ortiz, donde compartió momentos con su hijo Miguel, su nuera Patricia y dos de sus nietos. A pesar de que la vitalidad física pueda haber menguado con los años, el entusiasmo de Gloria por disfrutar de una buena comida y la compañía cercana sigue intacto.
“Puede estar cansada, pero nunca rechaza una invitación para comer”, compartió su nieto Matías entre risas. Esta mañana, Gloria sonrió, disfrutó, y mostró por qué ha sido una fuente de inspiración para su familia durante generaciones.
Ya de regreso en la Residencia para Adultos Mayores «Filemon & Baucis» de Empalme Villa Constitución, la celebración tomó otra dimensión. En una gran sala decorada con globos, los números gigantes “100” y una torta especialmente preparada, Gloria fue el centro de un emotivo festejo en el que participaron no solo sus familiares, sino también otros residentes, el personal del hogar y su directora, Mirta Ascierto. Tras cantar el “Feliz cumpleaños”, los aplausos coronaron el momento en el que sopló las velitas.
Una vida dedicada a la docencia y la familia
Gloria nació el 3 de diciembre de 1924, en Armstrong, provincia de Santa Fe, como la menor de una familia de padre asturiano y madre lombarda. Desde joven demostró su vocación por la enseñanza, completando su Profesorado en Jardín de Infantes en Casilda en 1950. Al año siguiente, comenzó a trabajar en el primer jardín de infantes de la provincia de Santa Fe en Rosario, el Nº 27 “Merceditas de San Martín”. Allí desarrolló una carrera marcada por la creatividad y el trabajo en equipo.
En 1956, su vida dio un giro cuando se casó con Miguel Ángel Trobat, un odontólogo con quien se estableció en Villa Constitución. Mientras él abría su consultorio, Gloria asumía el desafío de equilibrar su vocación docente con su papel de madre. Su hijo Miguel recuerda: “Siempre fue muy exigente, tanto en su profesión como en el cuidado de la familia. Su ejemplo nos sigue marcando a todos”.
Testimonios que conmueven
La celebración de este centenario también fue una oportunidad para que sus familiares reflexionaran sobre el legado de Gloria. Miguel destacó su capacidad de levantarse ante las adversidades y su optimismo inquebrantable. “Siempre tuvo una visión muy positiva de la vida, eso es algo que nos dejó como enseñanza”, afirmó.
Para Matías, uno de sus nietos, las charlas con su abuela siempre fueron transformadoras. “Con pocas palabras te daba una nueva perspectiva. La experiencia de vida que transmite es invaluable”, sostuvo el joven. Por su parte, Patricia, su nuera, expresó con emoción: “Gloria siempre estuvo para todos. Su ejemplo de fortaleza y cariño dejan una marca imborrable en nuestros hijos y en nosotros”.
Una historia que inspira
La Residencia para Adultos Mayores «Filemon & Baucis» no solo es el hogar de Gloria, sino también de otras personas que han alcanzado edades extraordinarias, como varias compañeras con 100 años y la querida Rina, de Pavón, quien a sus 106 años sigue siendo un testimonio de vitalidad y resistencia. Este ambiente cálido y lleno de cuidados refleja un espacio donde las historias de vida se celebran y comparten día a día.
Gloria Suárez no solo cumple un siglo de vida; conmemora 100 años de esfuerzo, amor y enseñanzas, con mucho compromiso por la familia y su vocación docente, lo que la llevó a forjar un legado perdurable. En palabras de Miguel: “Su presencia nos recuerda la importancia de agradecer por la vida y los ejemplos que ella nos dio. Es un privilegio celebrar con ella este día tan especial”.