La sequía convirtió a la laguna de Gómez en un desierto

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El noroeste de la provincia de Buenos Aires atraviesa una extrema sequía provocada por el intenso calor y la falta de precipitaciones en los últimos años, que ocasionaron entre otros inconvenientes que se reduzca a un 5 por ciento de su extensión original la laguna de Gómez, en la localidad de Junín.

Con una expansión promedio que alcanza las 5.000 hectáreas, el Parque Natural Laguna de Gómez en Junín es, además de un atractivo turístico, un espacio en donde la flora y fauna convivían en un depósito natural de agua dulce. Pero la histórica sequía registrada producto del fenómeno climático «La Niña» la convirtieron en un desierto, al punto tal de hacerla prácticamente desaparecer.

«Venimos de una situación compleja de hace varios años sumado el fenómeno de La Niña con precipitaciones por debajo de lo normal. Llovió en promedio menos de un 50% de lo que debería», analizó el ingeniero agrónomo jefe regional del INTA con sede en Junín, Alejandro Signorelli.

En diálogo con Radio Nacional, el experto explicó que «es una zona que está teniendo muy pocas precipitaciones. Y por más que haya llovido algo localmente, eso no llega a llenar la laguna».

Los especialistas explican que de los 1000 milímetros de promedio anual en lluvia que tiene la región, el año pasado llovieron menos de 500 milímetros, hecho que se ha venido repitiendo los últimos tres años producto del fenómeno de La Niña, haciendo cambiar drásticamente el paisaje de la zona.

«Tuvimos un impacto terrible en la producción agropecuaria, pero venimos de tres años muy duros. Esta zona está llena de espejos de agua afectados, al igual que la fauna«, explicó Signorelli, y graficó que «el mayor impacto es en la ganadería y los cultivos».

La laguna de Gómez forma parte de la cuenca del río Salado y se integra a otras lagunas de la zona como Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos, que también están siendo afectadas.

Signorelli sostuvo que «el panorama es complicado», y consideró que «recuperar esto va a llevar tiempo. Hoy la cuenca está seca, la laguna de Gómez, Mar Chiquita y La Picassa (en el límite de Buenos Aires y Santa Fe), que tiene más de 50 mil hectáreas y ha perdido más de la mitad de su caudal».

«Vamos a necesitar varios años para recomponer esta situación, tendrá que llover en la zona, en la cuenca del Río Quinto -que recorre el centro de San Luis y el sur de la provincia de Córdoba- que abastece por desborde a las otras lagunas cuencas más abajo», puntualizó.

La situación en Melincué

Similar panorama se observa en la laguna Malincué, ubicada en el sur de Santa Fe, que a raíz de la falta de agua de lluvia se redujo a un 10% de su expansión original, pasando de 30 mil hectáreas en 2017 a solo 3 mil en la actualidad, se detalló.

«Estamos atravesando una sequía bastante grande, donde la laguna está bajando de una manera que nos remontamos a los años 1906 o 1908, que llegó a estas mismas condiciones», explicó el secretario de Obras Hídricas de Melincué, Delqui Nocino, en diálogo con Radio 2 de Rosario.

Sobre las causas, Nocino expresó que la «falta de lluvia es un componente del cambio climático», pero también intervienen otros factores como el cambio de labranza, la falta de arboledas y de un proyecto para compensar con espejos de agua».