Las acciones de Bayer experimentaron una caída este lunes, tras la condena de la empresa alemana a pagar la suma de 2.250 millones de dólares por daños y perjuicios. Esta cantidad representa la penalización más elevada hasta el momento en el marco de su prolongado litigio vinculado al efecto cancerígeno de su herbicida Roundup.
El veredicto emitido por un jurado de un tribunal de Filadelfia señaló que Bayer deberá abonar la suma de US$2.250 millones a un residente de Pensilvania, quien alegó haber desarrollado cáncer debido a la exposición al herbicida Roundup, cuyo principio activo es el glifosato.
La repercusión en el mercado fue evidente, ya que las acciones de la compañía cerraron con una caída del 4,86%. La cifra total incluye US$2.000 millones destinados a daños punitivos, los cuales podrían ser objeto de reducción en una eventual apelación, dado que superan las directrices establecidas por la Corte Suprema de Estados Unidos.
Este veredicto presenta un nuevo desafío para el presidente ejecutivo de Bayer, Bill Anderson, quien actualmente está implementando reducciones en puestos directivos con el fin de agilizar la toma de decisiones empresariales. Además, Anderson está revisando la estructura diversificada del grupo, aunque se espera que retrase la presentación de los planes de separación, originalmente programada para principios de marzo.
Bayer, enfrentando dificultades financieras y restricciones en el flujo de efectivo, ha reiterado su compromiso de llevar los casos a juicio, señalando su historial de éxito al haber ganado 10 de los últimos 16 casos. En 2020, la compañía llegó a un acuerdo en la mayoría de los casos de Roundup pendientes en ese momento, por un monto de hasta U$9.600 millones. Sin embargo, no logró la aprobación judicial para evitar futuros litigios, dejando más de 50 mil demandas aún pendientes.
En un intento por prevenir nuevas demandas, Bayer ha eliminado gradualmente el uso de glifosato en productos para jardineros no profesionales. A pesar de estas medidas, los nuevos demandantes basan sus reclamaciones en años de uso anterior. La empresa continúa vendiendo herbicidas a base de glifosato a agricultores, un segmento que, según Bayer, tiene un papel insignificante en los litigios.
El presidente ejecutivo, Anderson, quien asumió su cargo en junio del año pasado, ha adoptado una postura firme en cuanto a la celebración de nuevos acuerdos de conciliación. Además de los desafíos legales, enfrenta problemas como la debilidad en el negocio de semillas de maíz en Estados Unidos, la disminución de los precios de herbicidas a base de glifosato y el reciente fracaso de un ensayo crucial de un nuevo medicamento anticoagulante.