Desmienten audios por WhatsApp sobre presuntos ataques narcos o balaceras

La Región

Con algunas variantes, los mensajes atemorizan a vecinos de distintas ciudades, como Rosario, Villa Constitución, Arroyo Seco y Villa Gobernador Gálvez, donde se mencionan barrios que serían “invadidos” por integrantes de Los Monos.

Desde el jueves empezaron a circular en Rosario una serie de audios que alertaban sobre balaceras que se presentarían durante la noche a partir de una disputa por el territorio entre bandas de narcotraficantes. Los mensajes se multiplicaron rápidamente este viernes, llegando incluso a mencionarse barrios de Villa Constitución (Parque Industrial, Fonavi, Luján), Arroyo Seco (Virgen de Luján) o Villa Gobernador Gálvez. Con distintas variantes, los mensajes alertaban sobre presuntas balaceras o ataques narcos, recomendando no salir de las casas después de determinada hora.

Desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe indicaron a El Tigre de Papel que son totalmente falsos los audios sobre la instauración de un “toque de queda” o la advertencia sobre inminentes tiroteos entre bandas que se disputarían territorios para la venta de drogas.

Hasta el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, tuvo que hablar sobre el tema: “No tenemos indicio alguno que confirme esa amenaza. No obstante estaremos muy alertas”, dijo.

“Ya hemos puesto a disposición de la Justicia ese material e iniciamos las investigaciones tendientes a determinar quién es el autor de este audio que llevó preocupación e intranquilidad a la población, seguramente con intencionalidad espuria, que dista mucho de lo que queremos para la ciudad y la provincia”, agregó el funcionario.

“Repito: no tenemos indicios que nos permita ratificar los dichos esgrimidos en esos audios”, remarcó Brilloni.

El episodio nos permite recordar otras amenazas y advertencias que circularon por WhatsApp sin consistencia, como aquella que aseguraba que iba a explotar una estación de servicio, o los audios en donde se decía que balearían colectivos. Como en otras oportunidades, generaron preocupación y miedo entre los vecinos, sin que se pudiera saber de dónde provenían los mensajes, que se mostraban como reenviados muchas veces y nadie conocía el emisor inicial.