Los incendios forestales en las islas del Delta del río Paraná se vienen registrando hace años. Solo en los últimos días, el fuego consumió más de 10.000 hectáreas, según datos del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Pero la mayoría de los medios de Buenos Aires comenzó a reflejar esa realidad con verdadera preocupación recién este martes, cuando el humo llegó ala Capital Federal.
“El fuerte olor a humo preocupa a la Ciudad”, tituló Ámbito Financiero, como si hubiera una sola “ciudad” o si este triste cuadro no hubiera preocupado a muchas otras ciudades antes que a Buenos Aires. “La zona norte también amaneció afectada”, agregó ese diario con profunda indignación.
En menor o mayor medida, el tono de medios porteños transitó por ese camino. “El olor a quemado por los incendios en las islas del Delta del Río Paraná se expandió por otras provincias. Los especialistas advierten sobre el riesgo para la salud que genera. Recomiendan tomar mucha agua, mantener los ambientes limpios y no prender sahumerios”. Les preocupa el olor, en realidad. Lo de la salud queda para nuestra propia preocupación, evidentemente.
Mientras en los últimos días se registró en Villa Constitución y localidades vecinas un aumento en las consultas, principalmente descompensaciones de pacientes asmáticos, crisis y cuadros de tos intensa o de alergias de vías aéreas superiores; parece que en Buenos Aires se espera una disminución en la venta de sahumerios.
Declaraciones de Cabandié
En ese contexto, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, pidió celeridad a la Justicia para determinar quiénes son los autores de la quema de pastizales. “La verdad que sería una medida contundente y en algún punto sería una forma de disciplinamiento, de desalentar los focos. Si la justicia actuase y convocase a estas personas sin dudas que los dueños de los campos o quienes lo hacen metiéndose en campos que no son suyos lo pensaría dos veces”, afirmó el funcionario.
