Volkswagen destacó la trayectoria de una empresa de transporte villense

Villa Constitución

Directivos de la empresa automotriz visitaron este viernes la firma Transpreb. Recorrieron el predio acompañados por representantes de la concesionaria Devol y un equipo de la revista Planeta Camión.

Transpreb S.A. es una empresa de transporte con sede en Villa Constitución, que desde hace más de 60 años ofrece servicios de calidad a numerosos clientes. En la actualidad posee una flota de 72 unidades propias y un plantel de 120 empleados, con un predio de casi 4 hectáreas donde se cubren todas las necesidades del parque automotor y se brindan servicios logísticos complementarios, como el almacenamiento temporario de productos.

Se trata de una empresa familiar donde actualmente confluyen tres generaciones. El fundador de la compañía es Rogelio Bíscaro, quien comenzó a incursionar en el transporte de cargas en 1960 con un camión Bedford, en asociación con su hermano. “Yo no sabía absolutamente nada de camiones”, confiesa el empresario, de 86 años de edad. “Hasta ese momento había tenido experiencia en el bazar de mi padre, donde trabajé desde los 16 años, y después del servicio militar ingresé como operario a la siderúrgica Acindar. Luego de dos años como oficial calificado, mi hermano –que también trabajaba en Acindar- me entusiasmó para comprar un camión”, cuenta.

Como resultado de las indemnizaciones recibidas, en poco tiempo pudieron comprar otro camión de la misma marca y así compartieron sus primeros pasos en el rubro hasta que un par de años más tarde se independizaron. “Yo primero trabajé con un chasis solo, después compré un acoplado, hasta que lo cambié por un Chevrolet más nuevo y después llegué a tener un par de camiones más. Mis clientes eran Acindar y una empresa de Santa Fe para la que hacía viajes a Buenos Aires”, recuerda Rogelio.

En 1966 se formó en esa ciudad del sur santafesino un emprendimiento asociativo que recibió el nombre de Transporte Villa Constitución, integrado por 35 camioneros, con Acindar como principal cliente. “Funcionaba como una central de camioneros, primero en Colón y Acevedo, hasta que se compró un predio en la Ruta 177 (hoy Ruta 90), donde actualmente se encuentra otra empresa de transporte”, comenta.


Nueva etapa

Bíscaro se retiró de esa unión transitoria de empresas en 1976 y, junto a su hijo Oscar y con 5 camiones, comenzó una nueva etapa, dando inicio a lo que luego se formalizaría como Transpreb. Tras un primer emplazamiento en calle Dorrego, la empresa se mudó a un galpón propio en barrio Neumann, ubicado en la zona norte de la ciudad. “Teníamos 8 camiones, trabajábamos en Acindar de manera directa y hasta habíamos logrado un cupo importante a la planta de Villa Mercedes, así que comenzamos a tener fleteros”, rememora.

En forma simultánea al crecimiento de la firma llegaron algunos problemas de convivencia con el vecindario, por el movimiento de camiones, el ruido y la tierra. “Entonces surgió la posibilidad de comprar un predio donde anteriormente había una coquera y así es como, desde 1994, nos establecimos aquí”, remarca.

En este período la empresa contaba con unidades de una enorme diversidad de marcas, como Fiat, Chevrolet, Mercedes Benz y Volvo, entre otras. Hasta que la crisis económica de 2001 provocó una serie de complicaciones financieras que obligaron a la venta de camiones. Sin embargo, suele decirse que las crisis pueden ser entendidas como oportunidades. Así ocurrió en Transpreb, donde la salida de aquella crisis permitió unificar la marca. “Desde entonces adoptamos Volkswagen hasta llegar a tener en la actualidad 72 camiones, donde el 90% es VW, a excepción de unos Volvo y Renault”, explica Rogelio.

“Para ese entonces, además de Acindar, ya habíamos comenzado a ingresar a Siderar y la empresa se fue agrandando, con nuevos clientes. Esos valores como la responsabilidad, el compromiso, la puntualidad y la seriedad, nos permitieron consolidar las relaciones comerciales, hasta llegar a tener en la actualidad a un centenar de empresas como clientes”, cuenta Bíscaro con orgullo.

La flota de Transpreb se fue modernizando, al punto de contar en este momento con bitrenes. “La historia de la empresa fue acompañando la evolución del sistema de transporte de carga. Empezamos con chasis y acoplado, después los semirremolques con ejes neumáticos que se fueron transformando en escalables, los que ahora están en auge, junto con el bitren que es la última tecnología en unidades de gran porte”, resalta el empresario.

Con respecto a las instalaciones, se destaca el predio de casi 4 hectáreas, con una playa de estacionamiento muy amplia, para 50 unidades. “Nos está quedando chica porque la empresa tiene 72 camiones y siempre contamos con la posibilidad de ir reemplazando y agregando unidades”, señala Bíscaro. Y rápidamente aclara: “El parque automotor tiene un promedio de 10 años. Hay mucho trabajo y podemos crecer, pero tropezamos con la imposibilidad de renovar las unidades porque en estos momentos no hay entrega de unidades. Son tiempos complicados para las concesionarias por la faltante de dólares. Lo mismo ocurre con las cubiertas”.

Pero las recurrentes crisis en Argentina nunca han desanimado a la familia Bíscaro. “Hemos pasado por numerosos cimbronazos económicos, pero siempre logramos reponernos”, expresa Rogelio. “Tenemos clientes de primera línea, nuestros camiones circulan por las rutas de todo el país y hasta contamos con un servicio internacional, transportando material a Paraguay, Uruguay y Brasil”, añade.


Mantenimiento integral y servicios logísticos

Transpreb es una empresa líder en el mercado, basada en el desarrollo permanente de servicios de calidad, con Normas ISO 9000, tecnología avanzada y estándares de seguridad acordes a las exigencias del mercado. En la actualidad cuenta con una estructura que garantiza un servicio integral. “Excepto el rectificado del motor, todo lo demás se hace acá”, indica el fundador de la empresa, para luego enumerar los diferentes sectores que interactúan en el predio: “Además de la parte administrativa, hay un sector operativo, que es el de Tráfico; está la Portería, el Taller Mecánico y la Herrería, la Gomería y el Lavadero, la Lonería, un Pañol y Almacén muy completo, tanques para almacenamiento de hasta 60 mil litros de combustible y hasta servicio de autoelevadores y depósito, donde se hace el almacenamiento temporario de bobinas de acero de nuestros clientes, optimizando la parte logística”.

“Acá no hay sábados, domingos ni feriados. Es una empresa de servicio con mucho compromiso. Hay que cumplir”, repite Rogelio. Y se emociona cuando subraya que se trata de una empresa familiar en la que confluyen tres generaciones. “Yo sigo viniendo porque me gusta, esto es mi vida, pero ahora no cumplo horarios. Me gustaría que mis hijos y mis nietos puedan seguir con el compromiso y la responsabilidad por el trabajo, la honestidad, que puedan desarrollar lo que han aprendido. Tienen capacidad suficiente para que la empresa persista”, afirma. “Me pongo muy contento cuando salgo a la ruta y me topo con los camiones. Uno se enorgullece porque algo hizo en la vida… y de esta locura come un montón de gente”, concluye.