Cómo afectarán nuestro estilo de vida las olas de calor que serán más frecuentes

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Según científicos, los eventos de temperaturas extremas se deben a que el calentamiento global es de 1,1 grados por encima de los valores normales.

Frente a la ola de calor histórica que afecta a casi todo el país, especialistas en meteorología aseguran que fenómenos como este serán cada vez más frecuentes e intensos por la influencia del cambio climático y advierten sobre la necesidad de cambiar hábitos de vida y adaptar los servicios para mitigar el impacto.

“En nuestro país, esta ola de calor es la más extrema en cuanto a intensidad”, indicó Matilde Rusticucci, doctora en Ciencias de la Atmósfera, investigadora principal del Conicet y profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Sobre las causas de las temperaturas extremadamente elevadas que esta semana afectaron desde el norte de la Patagonia hasta Jujuy, con marcas térmicas que superaron los 40 grados en diez provincias, la investigadora afirmó que se debe a una conjunción de elementos, como el cambio climático ocasionado por actividades humanas y el fenómeno natural de la Niña, que en los últimos dos años generó en el país precipitaciones por debajo de lo normal.

“La Niña altera toda la circulación del hemisferio y hace que se pueda asentar la masa de aire cálida más tiempo, produciendo estas olas de calor tan intensas”, detalló Rusticucci, quien trabajó en el Cuarto y Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas

Esta semana más de 50 ciudades de Argentina superaron los 40 grados y se batieron múltiples récords de temperaturas máximas que, junto a las mínimas elevadas y la cantidad de días consecutivos con calor, tuvieron a casi todo el país bajo alertas rojas y naranjas.

Vera aseguró que “las olas de calor son cinco veces más frecuentes ahora que hace 50 años” y que si el calentamiento global continúa, “en un mundo con un aumento de un grado y medio van a ser ocho veces más frecuentes”.

“De ahí es la urgencia de encarar acciones para mitigar el cambio climático, pero a la vez nos tenemos que adaptar a que este tipo de olas de calor son más frecuentes y ponen en riesgo la salud y también nuestros sistemas de servicios, como el energético o la disponibilidad de agua”, alertó la investigadora, quien participó del último informe del IPCC y en 2019 recibió el premio Cleveland Abbe que entrega la Asociación Meteorológica de Estados Unidos.

Las investigadoras consultadas por la agencia de noticias Télam coincidieron en que ante olas de calor más frecuentes y extremas hay que empezar a cambiar hábitos de vida.

“Sobre todo porque hay regiones de nuestro país donde no está la población acostumbrada a tener estas altas temperaturas”, indicó Vera y agregó: “Cualquier persona que viva en el norte sabe cómo comportarse pero en el centro del país hay que tomar precauciones con la salud”.

En la misma línea, Rusticucci señaló que desde el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA realizaron estudios del impacto de las olas de calor y observaron que después de una determinada temperatura, dependiendo de cada lugar, “se dispara la mortalidad”.

América del Sur, un horno

La ola de calor de esta semana impactó a toda la región central de Sudamérica, principalmente a la Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, donde también se registraron récords de temperatura.

Para Díaz es una incógnita qué tanto puede agravarse la situación a futuro y aseguró que dependerá “de qué acciones se tomen o no al respecto”.

Algo similar planteó Rusticucci, para quien “cuanto más se demoren en tomar las medidas contra el cambio climático, los impactos van a ser cada vez más extremos”.

“Estamos a tiempo de empezar a revertirlo, de dejar de emitir los gases del efecto invernadero y retrasar los cambios”, aseguró la especialista y advirtió que “las soluciones y la tecnología están, esto es cuestión de tomar decisiones políticas y no es algo nuestro solo, la responsabilidad es de todo el planeta”.

“Pero cada uno tiene su responsabilidad, todos podemos cuidar del agua, la electricidad, el consumo de combustible y poner nuestro granito de arena”, concluyó.