El gobierno cubano anunció que ampliará los permisos para que empresas privadas y emprendedores operen de forma autónoma en diferentes rubros económicos. Estiman que hay más de 600.000 trabajadores que se dedican a actividades privadas en la isla.
Se trata de un significativo cambio en un país que lleva más de seis décadas bajo una economía que es controlada por el Estado de forma mayoritaria.
La decisión fue explicada por la ministra de Trabajo, Marta Elena Feito, quien dijo que la lista de industrias autorizadas a operar de manera privada quedó ampliada de 127 a dos millares alrededormente.
Solo una minoría de rubros quedará reservada para la administración gubernamental, añadió.
La economía del país socialista fue muy afectada por la pandemia y también por las sanciones estadounidenses que reinstaló el gobierno de Donald Trump.
El año pasado, la economía de la isla se contrajo un 11%, de acuerdo a reportes de organismos multilaterales.
Se trata de su peor declive en casi tres décadas y los cubanos, según numerosos testimonios, no solo sufren escasez de productos básicos sino también una marcada inflación de precios.
El panorama se vio agravado por la iniciativa gubernamental de unificar las dos monedas vigentes que existían en la isla desde 2004, lo que elevó el costo de vida.
La ministra Feito dijo que solo 124 actividades económicas quedarán exentas de la participación privada.
No mencionó cuáles, pero la agencia de noticias AFP reportó que estarán relacionadas con rubros considerados estratégicos para el Estado como medios de comunicación, salud y defensa.
“Que el trabajo privado siga desarrollándose, es el objetivo de esta reforma”, afirmó Feito, destacando que la medida “ayudará a liberar las fuerzas productivas” del sector privado.
El diario Granma publicó que existen más de 600.000 trabajadores en Cuba que se dedican a actividades privadas.
“Como parte de la amplia agenda de trabajo que definió este encuentro del máximo órgano de gobierno cubano, fueron aprobadas tres normativas que complementan el desarrollo económico y social de la nación. La primera de ellas, expuesta por la ministra Feitó, se corresponde con el perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia”, reseñó el medio estatal.
En la isla, los llamados “cuentapropistas” representan el 13% de la fuerza productiva del país.
Aparte de millares de pequeñas fincas, el sector no estatal de Cuba está compuesto principalmente por microempresas privadas dirigidas por artesanos, taxistas, operadores de turismo y comerciantes.
De hecho, el 40% de estas iniciativas operan en la industria turística de la isla, que se ha visto muy afectada por la pandemia y las restricciones establecidas dentro y fuera de Cuba.
La Habana abrió las puertas a la iniciativa privada durante la gestión del exmandatario Raúl Castro, pero en los últimos años incrementó las restricciones a este tipo de actividades económicas.
Estados Unidos y Cuba redujeron hostilidades en 2015, cuando el entonces presidente Barack Obama y Castro decidieron restablecer relaciones, propiciando que ciudadanos estadounidenses visiten la isla y que empresas locales alcen vuelo.
Pero los esfuerzos de Obama fueron reprimidos por su sucesor, el expresidente Donald Trump, quien dejó la Casa Blanca el 20 de enero pasado.
El nuevo mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, quien fue vicepresidente de Barack Obama, ya señaló que quiere mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, pero los observadores dicen que no está claro qué tan importante puede estar ese tema en su lista de prioridades.
Artículo originalmente publicado por BBC Mundo.