El gobierno nacional declaró en emergencia ambiental a la zona del delta del río Paraná, pero los incendios persisten. En las últimas horas, el humo cubrió varias localidades, desde Villa Constitución hasta Rosario, complicando la salud de sus habitantes.
Tras la quema incesante de pastizales en las islas, el gobierno nacional declaró emergencia ambiental y zona crítica de protección ambiental al delta del río Paraná. Además, exigió información catastral a Entre Ríos para detectar a los propietarios de los campos donde se generan los focos de incendio.
Mientras tanto, el aire de Villa Constitución y otras localidades está viciado por el humo proveniente de las islas y, a pesar de que el pasado viernes se firmó un convenio que suspendía por 180 días la quema de pastizales, el sábado los focos aparecieron con más fuerza.
La presión social creciente, la delicada situación sanitaria que plantea la pandemia de coronavirus, el peligro que el humo genera en las rutas de la región y la movilización permanente de grupos ambientalistas de las dos orillas para que cesen los incendios, empujó a las autoridades nacionales y provinciales a una reunión de la cual salieron algunos esbozos para intentar comenzar a atenuar el problema, que hasta ahora, bien entrado el siglo XXI, sólo se soluciona cuando llueve, el único plan de manejo que se ha mostrado eficiente en la región.
La creación de una brigada interjurisdiccional de monitoreo y fiscalización y la dotación por parte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego de manera fija de dos aviones de combate del fuego con base en Rosario son algunos de los puntos principales de la reunión que mantuvieron las autoridades, en la que no estuvo presente el Intendente de la ciudad de Victoria, de la cual dependen 400 mil hectáreas de islas.