Al participar en el coloquio empresarial de IDEA, el dirigente sindical sostuvo que «la política no está a la altura de las circunstancias, como para dar un soporte con una mirada a mediano y largo plazo» a los desafíos del mundo productivo y laboral.
El secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, aseguró este jueves que es necesario alcanzar un «entendimiento entre capital y trabajo» que garantice los puestos laborales e impulse la creación de otros nuevos en un contexto en el que «reina la incertidumbre», y destacó que «las organizaciones sindicales no quieren la industria del juicio», pero reclamó «buena fe» y «reglas claras».
Al participar en un panel sobre empleo en el coloquio empresarial de IDEA en Mar del Plata, Martínez consideró además que «la política no está a la altura de las circunstancias, como para dar un soporte con una mirada a mediano y largo plazo» a los desafíos del mundo productivo y laboral, y dijo que empresas y sindicatos deben exigirle que «deje la discusión de palacete».
«Que los actores privados tengamos una iniciativa de provocar la necesidad de que la política deje la discusión de palacete, sea entre los que están gobernando como en aquellos que quieren gobernar en un futuro. Las discusiones que se dan no están en sintonía con las necesidades de nuestra sociedad, más fundamentalmente de aquellos que quisieran trabajar y no lo consiguen», dijo.
En el panel participó también el secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli, quien valoró esquemas de «transición» como el alcanzado entre el gremio y Toyota en 2021,
El dirigente consideró que en lugar de «Ceder para crecer», el lema de esta edición del coloquio podría ser «Acordar para ceder», y señaló que deben balancearse las «necesidades de los trabajadores y posibilidades de la empresa».
También consideró necesario «hacer un nuevo mapa de instalación de empresas» en el país, «porque la concentración de las empresas hace cambiar la economía», y llamó a «pensar a 50 o 100 años».
«Lo que tenemos hoy es un laberinto. Y muchos dicen que se sale por arriba, y estoy de acuerdo, pero para eso tiene que haber uno tendiendo la mano y el otro agarrándola», expresó.
En el panel intervino también el diputado nacional de Evolución Radical Martín Tetaz, quien se refirió al «temor» de los empresarios, especialmente Pymes, para concretar nuevas contrataciones, por la posibilidad de enfrentar juicios laborales, y dijo que es necesario «un puente para los esquemas que vienen».
«Necesitamos una revolución más profunda en materia de reglas. Las reglas están construidas para una Argentina industrial de la década del 70´. Necesitamos reglas distintas para las Pymes. Sistemas de flexiseguridad como en los países nórdicos», dijo.
En esa línea, pidió reemplazar «el sistema fracasado de las indemnizaciones», y señaló que «la modificación de las reglas tiene que hacerse para que la gente vuelva a trabajar».
Martínez aclaró respecto de la litigiosidad: «Las organizaciones sindicales no apostamos ni queremos la industria del juicio. Apostamos a un sano vínculo en las relaciones laborales donde seguramente vamos a discutir intereses, pero en una autopista donde las reglas del juego sean claras».
«Tenemos que hacer un click y tener una dinámica que garantice el entendimiento entre el capital y el trabajo. Es el desafío, y si no lo hacemos compartido, como una iniciativa privada entre empresarios y sindicatos no lo esperemos de los que gobiernan o quieren gobernar porque están un poco paralizados en las necesidades estructurales», analizó.
En cuanto a los modelos como los de países nórdicos propuestos, subrayó que «muchas veces» existen comportamientos distintos entre empresas extranjeras y nacionales», porque ellas «tienen protocolos prestablecidos sobre las utilidades que deben tener y cuánto deben ganar».
Completó el debate la directora de la empresa de logística Transporte Fríos del Norte, María Eugenia Prado, quien coincidió con Tetaz en que el temor a «las multas laborales y los litigios» se suma a variables como inflación o escasez de insumos «a la hora de dar nuevos pasos».
La empresaria destacó de todos modos los programas de incorporación de trabajadores desocupados que perciban planes sociales.
«Aunque tuvimos que capacitarlos en todo, no solo en la tarea, sino en lo que significaba tener un empleo, construir un vínculo laboral y de confianza, de dos años siguen trabajando en la empresa y fueron creciendo en responsabilidades», relató.