Los altos costos de financiamiento, la pérdida de poder adquisitivo, el aumento de servicios y la apertura importadora provocaron un combo explosivo para las empresa de menos de 100 empleados.
La caída de la actividad en la amplia mayoría de los sectores productivos se expresó en una brutal reducción de la cantidad de empresas Pymes en el país. Según publicó el diario rosarino El Ciudadano, en base a los datos aportados por un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), el total de empresas de menos de 100 trabajadores registradas en diciembre de 2015 alcanzaba los 559.318. A partir de allí, la cantidad de empresas se redujo drásticamente, llegando en abril de 2019 a 540.465.
La recesión económica arrojó seis caídas consecutivas desde que el Indec publicó en septiembre de 2018 los primeros números negativos. Estos datos equivalen a dos trimestres seguidos de retroceso en la actividad (el segundo y el tercero del año pasado), y los meses siguientes, hasta marzo de 2019, que fueron incluso peores.
La política de altas tasas reinaugurada el 1 de octubre de 2018 luego del segundo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene mucho que ver con este proceso de retracción en la actividad, afectando las ventas de las empresas y la propia viabilidad del sector productivo por el alto costo de financiamiento.
Con la consolidación de este contexto recesivo, se deprenden cuatro ejes fundamentales que provocaron la reducción de empresas. Entre ellos el informe señala: El aumento del costo de financiamiento, la caída del poder adquisitivo, el aumento en los servicios (electricidad, gas, agua) y la apertura importadora.
La reducción en la cantidad de empresas de menos de 100 trabajadores se produce a la par del aumento de la tasa de interés de referencia, particularmente desde abril de 2018 en adelante. Si en diciembre de 2015 la cantidad de empresas eran 559.318, en abril de 2019 se habían reducido a sólo 540.465. A la vez, la tasa de referencia pasó de 36,5% en diciembre de 2015 a 68,32% en promedio en abril de 2019.
A la vez, la reducción en la cantidad de empresas de menos de 100 trabajadores acompaña la caída del poder adquisitivo y se mueve a la inversa del aumento del costo de servicios. De acuerdo a los datos de Cepa, en los tres años señalados, la pérdida de poder adquisitivo promedio de los trabajadores formales fue del 16%. En tanto, en el mismo período, el aumento de la factura de electricidad, en proporción, pasó de 100 a 1.148, y la de gas de 100 a 1.442
Finalmente, la evolución de las importaciones tiene, hasta la devaluación de abril de 2018, una evolución asimétrica, explicando una buena parte del impacto negativo que han sufrido las Pymes en esta primera etapa. Luego de abril de 2018, la relación se vuelve simétrica, moviéndose la reducción en la cantidad de empresas a la par de la reducción de importaciones.